JURÍDICO ARGENTINA
Doctrina
Título:Arlequina. Pasión, violencia y crímenes
Autor:de Araujo Alves, Jaiza S.
País:
Brasil
Publicación:Revista Ficción y Derecho (FICDER) - Número 2 - Junio 2019
Fecha:03-06-2019 Cita:IJ-DCCXLII-964
Índice Ultimos Artículos
1. Introducción
2. El origen de Arlequina
3. ¿Quién es Arlequina?
4. Arlequina y Joker: un loco amor
5. Arlequina enamorada
6. Arlequina inmersa en la situación de violencia
7. La pasión que lleva a la práctica de crímenes
Consideraciones finales
Referencias bibliográficas
Notas

Arlequina

Pasión, violencia y crímenes [1]

Jaiza Sammara de Araujo Alves [2]

1. Introducción [arriba] 

Sufrir por amor y el vicio en un relacionamiento son situaciones romantizadas por la cultura. Desde canciones a óperas, literatura clásica y moderna, hasta novelas y películas aclamadas por la crítica, siempre el amor está relacionado al sufrimiento, provocando la naturalización de que amor y dolor son sinónimos. De este modo, es aceptado que el sufrimiento es parte del amor, y que la disposición de sufrir por amor es una característica positiva, al revés de negativa.

Además, los modelos culturales afirman repetidamente que la profundidad del amor puede ser medida por el sufrimiento que él provoca, y que quien efectivamente sufre, ama de verdad.

De este modo, el amor, sentimiento noble y sublime, es confundido con pasión, sentimiento que causa la pérdida de la razón y provoca la ceguera, puesto que el enamorado crea una imagen del otro que no existe, viéndolo solamente como querría que fuese. O sea, a través de la ilusión que la pasión provoca, el enamorado crea una realidad que no existe y cuando el objeto de enamoramiento no corresponde a sus expectativas, genera una frustración que puede resultar en sufrimiento, hasta el punto del enamorado acabar con su propia vida, y más frecuentemente la vida del “objeto” del enamoramiento. La pasión es el arte de querer poseer algo que no admite posesión. Es una voluntad de pertenecer y de poseer, sin aceptar al otro como sujeto.

Es en este contexto de enamoramiento, que será analizado el personaje Harleen Quinzel o Arlequina y su grado de pasión por el Joker, situación que la lleva a la inmersión en la violencia, principalmente como víctima del ser amado. Además, también hay una relación entre la pasión que siente Arlequina y su inserción en el mundo del crimen, en virtud de la influencia del Joker. Inicialmente será tratado el proceso de creación del personaje, así como quién es Arlequina y como se desarrolló su vida antes del Joker. Para eso, fue utilizado el Comic “Arlequina: el origen secreto de la payasa del crimen”. Posteriormente se aborda el episodio “Loco amor” perteneciente a la serie animada Batman. En tal episodio es descrita la relación entre Arlequina y el Joker. Finalmente se trata el enamoramiento en relación con el ingreso de la mujer en el mundo del crimen con la finalidad de ser solidaria al compañero, en el contexto de las relaciones patriarcales que aún están presentes en la sociedad.

2. El origen de Arlequina [arriba] 

Arlequina fue un personaje creado por dos ejecutivos de la DC Comics, Paul Dini y Bruce Timm, en al año 1992. Sin embargo, ella solamente aparecería en uno de los episodios de la serie animada Batman, llamado “Joker’s favor” (A favor del Joker). No obstante, tuvo un gran suceso, pasando a integrar permanentemente el casting de la serie animada, bien como de películas como Suicide Squad, de 2016. Paul Dini se inspiró en un personaje interpretado por la actriz norteamericana Arleen Sorkin en la serie “Days of our lives”, donde aparecía vestida como una payasa, con ropa muy parecida a la que Arlequina usaría en la serie. Le gustaba tanto a Paul la actriz Sorkin que consiguió que hiciese el doblaje de Arlequina en la serie, además de poner al personaje el nombre Harleen, como una especie de homenaje.

3. ¿Quién es Arlequina? [arriba] [3]

Arlequina en realidad se llama Harleen Frances Quinzel y nació en el barrio de Brooklyn, en New York. Es la hija mayor de un matrimonio desestructurado, con tres hermanos, todos hombres. Tuvo una infancia común, pero era atormentada por sus hermanos. Su madre era bastante dominadora, mientras su padre era ausente de casa, puesto que estaba envuelto en actividades criminales, carrera también seguida por sus hermanos posteriormente. En su adolescencia, Harleen sentía vergüenza de sus padres y sus hermanos la enloquecían. Sin embargo, no poseía intereses normales para una niña de su edad, ya que le gustaba estudiar la mente criminal, incluso haciendo experiencias con animales. Una vez quemó el cuerpo de un animal muerto.

Conoce un chico en la escuela, Bernie Bash y se enamora. Bernie le pregunta si ha visto a alguien muerto, puesto que él había visto a un hombre ahogando a una mujer en un lago. Harleen le contestó que no, pero eso le despertó la curiosidad, incluso mencionando el libro La máscara de sanidad de Harvey Cleckley. Bernie le pregunta si ya ha tenido ganas de matar a alguien. Harleen le contestó que sí, que si pudiera mataría a una chica de la escuela, Bonnie Harper, que le hace bullying, tornando su vida un infierno. Confiesa que le gustaría tirarla frente a un camión. Bernie le dice que mataría a Bonnie Harper, y lo hace, lanzando su coche para que chocase con un camión.

Bernie es detenido por el homicidio y muere poco después en el reformatorio, a causa de una discusión por un plato de puré de papas. Harleen ingresa a casa de Bernie y hurta un objeto para recordarlo.

Después de terminar los estudios secundarios, por haberse destacado como atleta de gimnasia, Harleen recibe una beca de la Universidad de Gotham para estudiar medicina, dedicándose a la psiquiatría. Al terminar el curso consigue empleo en el Hospital. Como en su rutina de trabajo nada extraordinario acontecía, resolvió dedicarse a lo que siempre había llamado su atención: la mente criminal. De este modo, pasó a trabajar en el Asilo Arkham con los pacientes considerados incurables. Para lograrlo, sin que otras personas lo supiesen, Harleen agrede físicamente al director del asilo.

Cambia de apariencia y se tiñe el cabello, con la finalidad de ocultarse entre los pacientes y convivir con ellos (el comic diverge aquí de la serie animada). Uno de ellos era como “un príncipe asilado, que no hablaba con nadie”. Sin embargo, para su sorpresa, se acercó a ella y la reconoció como la psiquiatra del establecimiento. Este hombre era el Joker, la gran pasión de Harleen Quinzel y la persona que la transformaría en Arlequina.

En la serie animada Batman, en el episodio “Loco amor”, el inicio de la relación es un poco diferente. Harleen ingresa en el Asilo como psiquiatra, no camuflada como paciente. Pasa tres meses estudiando el comportamiento y las trampas del Joker. Sin embargo, él la engaña contando historias falsas sobre su vida, como por ejemplo, que había sido golpeado constantemente por su padre de niño y que había sido abandonado por su madre. Despierta así la compasión de Harleen, que pasa a verlo como víctima, “un alma torturada, buscando amor y probación, un niño perdido y herido, intentando hacer el mundo sonreír de sus actos”[4].

4. Arlequina y Joker: un loco amor [arriba] 

La historia de “amor” entre Arlequina y Joker es ampliamente retratada en las películas, en las series animadas y en los comics, siendo que en todos ellos es demostrada la pasión que siente por el “Señor Joker”, al punto de dedicar integralmente su vida a conquistarlo y a hacer todo para agradarlo. El Joker tenía un gran poder sobre ella, le hablaba como si la conociese desde niña. Cada palabra suya era calculada y perspicaz. Ella le describía como alguien brillante, peligroso e imprevisible. Era aquel que su madre había indicado evitar. No obstante, ella se entregó completamente a él, soñando en casarse y construir una familia. Pero hizo de su vida un infierno[5].

Enamorada, Harleen es despedida de su empleo en el asilo, siendo llamada irresponsable y completamente insana (lo que para ella es considerado un elogio), organiza la huida del Joker. Es importante resaltar que, desde el inicio del “relacionamiento”, él practica contra ella muchas especies de violencia. La primera situación ocurre cuando pregunta a Harleen si sería capaz de morir por él. Ella responde que sí, y el Joker la echa dentro de un barril con productos químicos, capaces de matar a una persona. No obstante, la salva, siendo visto por ella como un héroe. Su tentativa de homicidio es para ella un gesto de amor.

Resáltese que el Joker provocó muchos cambios en la vida de Harleen, empezando por el color de su piel, que se tornó más blanca en virtud del contacto con los productos químicos. Ella cambió su nombre y pasó a tener un comportamiento diferente. Enamorada, Arlequina pasó a confiar ciegamente en el Joker, puesto que él despertaba su lado más salvaje. Incluso, él hizo con que ella comprendiese que necesitaba dejar toda su vida atrás y tornarse una nueva persona, debiendo seguirlo en el mundo del crimen y provocando la ira de su enemigo más importante: Batman.

Sin embargo, aunque Arlequina siempre esté de acuerdo con los crímenes cometidos por el Joker, el jamás acepta que los planes de ella sean más inteligentes que los suyos[6]. En un momento de “Loco amor”, Arlequina participa de una tentativa de homicidio juntamente con el Joker, en que los detalles del plan fueron organizados por ella. Todo transcurre bien hasta que el Batman aparece. Sin embargo, ella le echa un gas, inmovilizándolo temporariamente. Sintiéndose victoriosa, hace un chiste. Pero el Joker afirma que solamente él puede hacer los chistes. Ella responde “si, señor”, en actitud de sumisión, y él le tira de los cabellos.

Posteriormente, Arlequina intenta llamar la atención del Joker cuando él está planeando algo contra Batman. La intromisión le deja muy rabioso y la empuja violentamente, haciéndola caer. Percibiendo el plan complicado del Joker, Arlequina le pregunta porqué simplemente no da un tiro a Batman. El Joker se pone más rabioso aún y tira a Arlequina en la casilla de los perros como castigo. Arlequina llora y culpa a Batman por todo malo que le pasa. Resuelve planear una estrategia para prender a Batman, utilizando el plan que el Joker había rechazado. Tiene éxito y Batman intenta convencerla de que el Joker no la ama y solamente la usa. Arlequina no le cree[7].

Cuando el Joker toma conocimiento del plan ejecutado por Arlequina y la golpea, afirmando que solamente él puede detener a Batman. Dice que se sintió traicionado por ella y la empuja, haciéndola caer al vacío. Incluso después de tamaña agresión ella se culpa a sí misma. Increíblemente, el Joker suelta Batman y le pide disculpas por el comportamiento de la chica.

5. Arlequina enamorada [arriba] 

Etimológicamente, pasión tiene origen griego, relacionado a pathos (enfermedad), siendo así asociada a algo misterioso y asustador que es interno al hombre y que viene a dominarlo. Como término latino (passio), significa una fuerza externa capaz de tornar el hombre su víctima pasiva[8]. Según el Diccionario Michaelis, pasión significa, en portugués, “sentimiento, entusiasmo, predilección o amor tan intenso que ofuscan a la razón; habito o vicio incontrolable; algo dominador; sufrimiento intenso; martirio”[9]. Pasión y amor no son sinónimos. Aquella puede ser consecuencia del amor, pero también del sufrimiento, rencor o cólera[10].

Según Meyer, citando a Platón, la pasión implica ausencia de razón, de manera que la razón tiende al bien, y su conocimiento lleva naturalmente a practicarlo, mientras el mal resulta de la ignorancia, de la ausencia de la razón, puro fruto de la pasión, que es ciega y automática. Así, sabia es la persona que consiguió dominar o eliminar sus pasiones, no habiendo la posibilidad de pasaje de pasión a la razón[11]. De este modo, pasión es ignorancia y razón es conocimiento[12]. Por lo tanto, pasión es alteridad, es ser el otro, una manera de ser diferente de quien realmente se es; una forma de diferenciarse de un universo indiferenciado; es una relación que pone el hombre en dificultad, haciendo que aparezca en oposición con otro y hasta consigo mismo. La pasión es la oposición que une y aleja a los hombres, pudiendo liberarlos o provocar su destrucción y sumisión[13], pudiendo, incluso, llevar al rechazo y a la negación de su condición humana[14].

Para Aristóteles, la pasión consiste en todos aquellos sentimientos que, provocan cambios en las personas, haciendo variar sus juicios, siendo seguidos de tristeza y placer, como la cólera, la piedad, el temor y todas las otras pasiones análogas, bien como sus contrarios[15]. Así, la pasión puede ser analizada bajo el estado de alegría intensa por amar inofensivamente a otro, y también como un modo enfermo de gustar, de sufrir por el otro[16]. La pasión es capaz de cambiar el comportamiento de una persona haciendo que actúe en favor del ser que despierta su apasionamiento, provocando hasta la anulación de sí por la exaltación del otro como objeto de la pasión[17].

El otro, objeto de enamoramiento, no es una cosa, es una persona y no es pasible de apropiamiento. Sin embargo, el ser enamorado quiere dominar el otro, muchas veces sin suceso, buscando obligar su permanencia, puesto que no le ve como alguien con voluntad. La pasión haría querer poseer algo que no es pasible de apropiación.

Analizando la relación entre Arlequina y Joker, es ampliamente perceptible cómo su enamoramiento por él cambia completamente su vida, tornándola una persona sumisa, incapaz de decidirse, que busca únicamente satisfacer el objeto de su enamoramiento. Ciega en virtud de la pasión, Arlequina es incapaz de analizar la situación en que está envuelta, no consiguiendo discernir qué es lo malo. Queda reducida a la condición inhumana de perra. El Joker solamente la quiere cuando necesita de ella. Pero ve en Batman la causa principal de los problemas en su relación, puesto que el es perfecto. Se puede decir que Batman es la obsesión del Joker, tal como el Joker es la obsesión de Arlequina.

Ciega de pasión, no consigue ver que el Joker no la ama y que su manera violenta de tratarla constituye, en realidad, un total desprecio por su persona. Al revés, ella cree que merece recibir el mal tratamiento del Joker por no conseguir comprenderlo, quizás hasta por provocarlo[18]. Por otro lado, el padre de Arlequina se asemeja al Joker. Ambos están envueltos en la práctica de crímenes, ocurriendo un padrón de repetición. Frente a la ausencia paterna, Arlequina ve en el Joker la imagen de su padre, incluso cuando lo llama “Señor Joker”. Aunque no haya registro acerca de la relación de Arlequina con su padre, hay la probabilidad de que sufriera violencia de niña, internalizando que los castigos aplicados por el Joker sobre ella son algo normal, resultado de su mala conducta. Arlequina, hija de padre ausente, reconoce en el Joker, igualmente ausente, una persona con quien podría sentirse confortable y ser ella misma, de manera que llamar la atención del Joker pasa a ser un desafío para ella, tan grande que, al revés de verlo como peligrosamente rabioso y agresivo, lo percibe como una víctima desamparada que necesita protección[19].

Cuando una mujer ama de más, está intentando superar los viejos miedos, la rabia, la frustración y el dolor de la infancia. Desistir es dejar una buena oportunidad de encontrar alivio y corregir los errores. Esta posibilidad de conquistar el amor perdido y ganar la aprobación negada es, para las mujeres que aman de más, la química inconsciente que está por detrás del enamoramiento[20].

Incluso, sus herramientas de autopercepción incluyen un mecanismo de defensa poderoso: la negación. Y una motivación igualmente poderosa: el control[21]. La negación puede ser definida como un rechazo a reconocer la realidad en dos niveles: el de lo que efectivamente está ocurriendo y el del sentimiento. La mujer niega tanto la realidad cuanto sus sentimientos sobre esta realidad, y crea una fantasía en la cual es más fácil vivir[22]. Así, Arlequina niega que su relacionamiento con el Joker le hace mal y no reconoce la falta de afecto del Joker. Pero busca controlar la situación, principalmente ayudándolo en sus planes contra Batman. Ayudando el amado piensa que está en control y que él depende de ella, algo que efectivamente sólo existe en su mente.

6. Arlequina inmersa en la situación de violencia [arriba] 

Según Jean-Marie Muller, la violencia torna en cosa a quien le está sometido, transformando el hombre en piedra[23]. Así, ejercer violencia significa provocar el sufrimiento, que puede ser más temible que la muerte[24]. Toda violencia es una violación, sea del cuerpo, de la identidad, de la personalidad, de la humanidad, de forma que toda hiere y deja marcas de gran profundidad en quien la sufre[25].

Existen muchas maneras de practicar violencia. En el caso de Arlequina, es perceptible que está inmersa en varias situaciones que denotan violencia de género. Es interesante recordar el contexto: es una chica que ama de más. Eso no significa amar muchos hombres o tener un amor genuino profundo por otra persona. Significa estar obcecada por alguien y llamar a esa obsesión amor, permitiendo que controle sus emociones y comportamientos, percibiendo que eso influye negativamente en su salud y bienestar, y aun así no siendo capaz de desistir de la relación[26]. Las mujeres que aman de más suelen venir de un hogar disfuncional en que sus necesidades emocionales no fueron suplidas, y haber recibido pocos cuidados reales. intentan satisfacer indirectamente esta necesidad no suplida tornándose cuidadoras de hombres que les parecen carentes; procuran cambiarlos por medio de su amor; hacen todo para impedir el abandono. Acostumbradas a la falta de amor en los relacionamientos personales, están dispuestas a esperar, tener esperanza e intentar agradar más, a asumir la culpa de la mayoría de las situaciones De baja autoestima, están conectadas con el sueño de cómo debería ser el relacionamiento, y no como efectivamente es; no se sienten atraídas por hombres gentiles, estables, confiables[27]. Un compañero cruel, indiferente, deshonesto o de temperamento difícil se torna para estas mujeres algo semejante a una droga, creando en ellas una válvula de escape temporario, de la cual no consiguen separarse, causando un vicio, en que quedarse sin la relación puede parecer peor que el sufrimiento que ésta provoca[28]. Necesitan esta relación porque crecieron en hogares profundamente infelices, con pesada carga emocional y grandes responsabilidades, creando en sus mentes una confusión[29].

Es importante observar que la violencia que victimiza el personaje ocurre no solamente a través de las conductas realizadas por el Joker, tales como agresiones físicas, morales o psicológicas, sino también por medio de la violencia simbólica que recae sobre Arlequina. Además de ser violentada, también puede ser considerada víctima de la violencia simbólica causada por la naturalización social de las agresiones sufridas por ella. Según Pierre Bourdieu, la violencia simbólica es una expresión de la dominación masculina, siendo ella suave, invisible e imperceptible a sus propias víctimas. Es ejercida a través de los medios puramente simbólicos de comunicación y del conocimiento, o por medio del desconocimiento, del reconocimiento o hasta por el sentimiento. Ocurre la sumisión encantada del femenino al masculino, de manera que es creado un orden que produce efectos duraderos en los cuerpos y que solamente es ejercido en razón de la colaboración de los dominados[30]. Arlequina acaba por internalizar que el orden masculino es el correcto. Es importante resaltar que en la Argentina, la violencia simbólica fue puesta de manera expresa en el artículo 5º, ítem 5 de la Ley Nº 26.485 (Ley de protección integral a las mujeres).

En el episodio “Loco amor” hay una manifestación de la violencia simbólica. Porque el enamoramiento de Arlequina por el Joker hizo que naturalizase la mala conducta de su amado como correcta, a pesar de las humillaciones y lesiones físicas. Además, es posible que los espectadores sonrían cuando el Joker le grita o la golpea, naturalizando la violencia sufrida por el personaje. Porque la serie trasmite la situación de manera “graciosa”, generando la internalización y naturalización de la violencia, como si mereciera sufrirla. Los episodios de superhéroes son vistos por niños, que pueden acabar internalizando las agresiones sufridas por Arlequina como naturales, puesto que ella puede ser interpretada como estúpida y terca, mereciendo toda la violencia que sufre.

Cuando el Joker tira a Arlequina de los pelos frente a Batman, éste nada hace para impedir la violencia, reafirmando que en peleas de pareja nadie se mete. Arlequina es víctima de toda especie de violencia, incluida la simbólica. El Joker le tira del pelo, haciéndola gritar de dolor. La arroja de una mesa, la lanza hacia una sustancia química abrasiva, la pone violentamente en la casilla de los perros, la golpea en el rostro (porque ella tenía razón) y, finalmente, la tira al vacío. Arlequina sufre graves fracturas y debe ser hospitalizada.

Además, Arlequina encaja en el contexto de violencia psicológica, definida por el art. 5º, ítem 2 de la Ley Nº 26.485/2009. El Joker la humilla, la manipula, ejerciendo pleno dominio sobre ella, y le pone en descrédito, viéndola como una persona estúpida. Hace que ella se culpe, justificando la conducta violenta del Joker por sus propios hechos (ella “no comprendió el chiste”, o sea, no comprendió el ser amado). Arlequina es violada emocionalmente, anulando su autoestima como mujer y como persona (animalizada). El Joker, que conoce el enamoramiento, no la deja en paz. Cuando ella piensa en salir de la relación, le envía algún símbolo para que sepa que la quiere nuevamente. Mantiene en ella la ilusión de que la ama y va a cambiar, iniciando otra vez el ciclo de violencia.

7. La pasión que lleva a la práctica de crímenes [arriba] 

Haciendo un análisis sobre la vida de Arlequina, desde su infancia, es posible obtener algunas conclusiones con relación a la actividad criminal ejercitada por ella junto al Joker.Ancla Harleen Quinzel pertenecía a una familia desestructurada. Su padre era criminal y posteriormente sus hermanos también. Aunque no hubiera graves crímenes durante la adolescencia, el delito fue un tema presente en la vida de Harleen, despertando su encantamiento desde temprano. Independientemente de las tesis biológico-genéticas (un hijo de criminal también lo será), el comportamiento social de los padres puede influenciar a los hijos. Si el hijo internaliza ese comportamiento como algo normal, es posible que en el futuro también actúe de la misma manera. Arleen indujo, indirectamente, a Bernie al asesinato, aprovechando su enamoramiento. E ingresó sin permisión en la casa de Bernie y hurtó un objeto. Tenía una cierta disposición a la práctica de crímenes.

Otra cuestión es que Harleen sufrió bullying durante su adolescencia en la escuela, haciendo que ella pasase a tener un comportamiento diverso de otras chicas de su edad, tornándose una persona más retraída, buscando intereses extraños, como el estudio de la mente criminal. La temática del bullying es frecuentemente mencionada cuando se trata de la práctica de crímenes. Es un factor que puede influenciar para practicar delitos[31].

Muchas mujeres que delinquen actúan como cómplices de sus parejas. La presencia masculina en sus vidas puede ser determinante al ingreso en el mundo del crimen[32]. En el caso de Arlequina y Joker, aunque ella ingrese en el mundo del crimen para seguirlo, su motivación difiere de la de él. El Joker tiene obsesión por Batman y todos sus crímenes buscan llamar la atención del héroe, mientras que Arlequina ingresa en el crimen por razones afectivas y de demostración de solidaridad al ser amado, dentro de la rígida ideología de los padrones femeninos de fidelidad patriarcal al mundo doméstico[33].

También puede existir entre ellos un fenómeno psicológico llamado folie à deux (locura de a dos), en que dos (o más) personas íntimamente relacionadas se unen con la finalidad de hacer sobresalir lo peor en cada una de ellas, en una incitación mutua al ingreso en actos criminales. En la mayoría de los casos hay una personalidad dominante (en el caso, el Joker), que planea e induce a la práctica criminal, mientras el otro (Arlequina) es el cómplice entusiasta[34].

Consideraciones finales [arriba] 

Harleen Frances Quinzel o Arlequina fue un personaje creado en 1992 para ser una especie de compañera del Joker en sólo un episodio de la serie animada Batman. No obstante, su suceso la hizo permanecer hasta la actualidad, de manera que ya se prevé una película contando la “historia de amor” entre ambos. Analizando su historia, es perceptible que desde temprano fue expuesta a situaciones que llevaron a la violencia, en su propia casa o en la escuela, de manera que acabó naturalizando la agresión de la cual era víctima. Hija de padres desestructurados, sufrió bullying en la escuela. Con baja autoestima, nunca estaba satisfecha con que su profesión le proporcionaba, siempre buscando nuevos desafíos.

En el Asilo, el Joker se acercó de ella, percibiendo su punto flaco, su curiosidad hacia él. Rápidamente hizo que ella se enamorase, para que le ayudase a huir del asilo y a tramar contra Batman. El Joker fue para ella todo el tiempo una especie de desafío, puesto que, inconscientemente, Arlequina buscaba controlarlo, intentando ayudarlo en sus batallas contra Batman. Arlequina niega siempre que el Joker no la ame. La violencia que el ejerce sobre ella es culpa de Batman y suya propia, pues no consigue comprender su “amado”. Es, pues, un personaje inmerso en el contexto de violencia desde su creación, con la degradación de lo femenino a partir del momento en que la pasión la lleva a dejar de ser la Dra. Harleen, psiquiatra, para convertirse en una mera caricatura, una simple seguidora de un delincuente. Además, el propio público naturaliza la violencia de su compañero, quizás sin percibir que las agresiones físicas y psicológicas no constituyen una broma.

En ese contexto de enamoramiento Arlequina permite la violencia sobre ella y que, como manera de agradar al ser amando, ingresa en el mundo del crimen. Esta situación es corriente en las prisiones femeninas del mundo y refleja la estructura patriarcal que persiste: la mujer debe ser cómplice de su hombre. Él manda y ella no tiene derecho a negarse, solamente puede obedecer.

Arlequina es el reflejo de muchas mujeres que, llevadas por el enamoramiento, aceptan ser víctimas directas de la violencia cometida por sus “compañeros”, reflejando que la pasión puede llevar a la continuación de la sumisión femenina a lo masculino, tornando a la mujer enamorada una persona desprovista de libertad, encarcelada aunque está fuera de una prisión.

Referencias bibliográficas [arriba] 

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Filmografía:

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Louco Amor. Parte 3. Director: Paul Dini. Disponible en: https://www.yout ube.com /watch?v =cO30ts LS-IQ Acceso en: 13 de diciembre de 2017.

Louco Amor. Parte 4. Director: Paul Dini. Disponible en: https://www.yo utube.co m/watch? v=vdgE i1vu J30 Acceso en: 13 de diciembre de 2017.

 

 

Notas [arriba] 

[1] Trabajo Ganador del Primer Premio, Concurso FICCIÓN Y DERECHO 2018.
[2] Profesora de Derecho (FACAPE, UNEB, etc.).
[3] CONNER, Amanda; PALMIOTTI, Jimmy. Arlequina, a origem secreta da palhaça do crime. En: Secret origins 4 I (setembro/2014).
[4] Louco Amor. Parte 1. Director Paul Dini. Disponible en: https://www.yout ube.com/w atch?v=_ p8gDboeu SE Acceso en: 13 de diciembre de 2017.
[5] CONNER, Amanda; PALMIOTTI, Jimmy. Arlequina, a origem secreta da palhaça do crime. Op. cit.
[6] Louco Amor. Parte 1. Director Paul Dini. Disponible en: https://www. youtube.com /watch?v =QCMYabU 9ztY Acceso en: 12 de diciembre de 2017.
[7] Louco Amor. Parte 3. Director Paul Dini. Disponible en: https://www.youtube.co m/watch?v =QCMYabU 9ztY Acceso en: 12 de diciembre de 2017.
[8] MARQUES DOS SANTOS. Juracy. Amor e paixão no divã: a letra da alma. Salvador: Eduneb, 2012, pág. 86.
[9] DICCIONARIO MICHAELIS. Disponible en: http://michaelis .uol.com.br/mo derno-portug ues/busca /portugues-brasil eiro/pai x%C3%A3 o/ Acceso en: 17 de diciembre de 2017.
[10] ELUF, Luiza Nagib. A paixão no banco dos réus: casos passionais célebres. De Pontes Visgueiro a Pimenta Neves. 3ª Ed. São Paulo: Saraiva, 2007, pág. 113.
[11] MEYER, Michel. Prefácio à Retórica das paixões. En: ARISTÓTELES. Retórica das paixões. Traducción: Isis Borges B. da Fonseca. Rio de Janeiro: Martins Fontes, 2000, XXII.
[12] Ibid. pág. XXIII.
[13] Ibid., pág. XXXV.
[14] Ibid., pág. XXXVIII.
[15] ARISTÓTELES. Retórica das paixões. Op. cit., pág. 05.
[16] MARQUES DOS SANTOS. Juracy. Amor e paixão no divã. Op cit. pág. 88.
[17] DE BARROS E SILVA, Maria Helena. Amor e paixão: uma distinção necessária. En: VIII Encontro Psicanalítico do Centro de Pesquisa em Psicanálise e Linguagem – CPPL, maio, 2002. p. 01. Disponible en: https://pt.scribd.com/document/87073594/Amor-e-paixao-crime-passional  Acceso en: 18 de diciembre de 2017.
[18] MARQUES DOS SANTOS. Juracy. Amor e paixão no divã. Op cit. pág. 24.
[19] NORWOOD, Robin. Mulheres que amam demais. Traducción: Maria Clara de Biase. Rio de Janeiro: Rocco, 2011, págs. 121-122.
[20] Ibid., pág. 122.
[21] Ibid., pág. 161.
[22] Idem.
[23] MULLER, Jean-Marrie. O princípio da não-violência – uma trajetória filosófica. Traducción: Inês Polegato. São Paulo: Palas Atenas, 2007, pág. 30.
[24] Ibid., pág. 31.
[25] Idem.
[26] NORWOOD, Robin. Mulheres que amam demais: op. cit., pág. 23.
[27] Ibid., pág. 25-27.
[28] Ibid., pág. 80.
[29] Ibid., pág. 92.
[30] BOURDIEU, Pierre. A dominação masculina. 2ª Ed. Traducción: Maria Helena Kühner. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 2002, págs. 01-02.
[31] SOARES, Mayara Ferraz Nepomuceno. A vítima de bullying e sua disposição para o crime. Disponible en: http://www.conte udojurid ico.com.b r/artigo,a- vitima-de- bullying-e-sua -disposicao -para-o- crime,33771.html Acceso en: 19 de diciembre de 2017.
[32] BUGLIONE, Samantha. A face feminina da execução penal. In: Direito e Justiça, Revista da Faculdade de Direito da Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul, v. 19, a. XX, 1998. Disponível em: . Acesso em: 20 de diciembre de 2017.
[33] PERNAMBUCO. Secretaria da Mulher. Das lutas à lei: uma contribuição das mulheres à erradicação da violência. BUARQUE, Cristina, et al. Recife: Secretaria da Mulher, 2011, pág. 25.
[34] SCHECHTER, Harold. Serial Killers – anatomia do mal. Traducción: Lucas Magdiel. Rio de Janeiro: Darkside books, 2013, pág. 81.