La importancia de determinar bajo qué paradigma debe analizarse la temática migratoria y su incidencia en la toma de políticas de Estado efectivas
Por Andrea Fabiana Raña*
Reviste especial interés precisar cuál es la mirada con la que se analiza el Derecho Migratorio, pues el enfoque que se le dé al tema permite arribar a distintas posturas.
Si bien no desconocemos que nuestro país adopta una postura abierta en cuanto a la recepción de migrantes y que ello incluso se encuentra plasmado en nuestra Carta Magna, lo cierto es que dicha prescripción normativa debe ser ponderada a la luz del marco actual (situación económica, política y social) en el que se encuentra nuestro país, y no puede ser examinada en forma aislada o ajena del contexto internacional que por efecto de la globalización incide inevitablemente en el análisis de las políticas de Estado.
En efecto, en el art. 25 de la Constitución Nacional, bajo el rótulo de “Declaraciones, derechos y garantías”, nuestro país deja asentado no sólo que el Gobierno federal fomentará la inmigración europea, sino también establece que no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes.
Frente a esta postura de amplia apertura al ingreso de migrantes, debemos preguntarnos de qué modo o con qué herramientas haremos realmente operativa la cláusula constitucional.
Dos enfoques diversos comprenden la cuestión migratoria. Podemos analizar el derecho migratorio desde una postura netamente economicista o desde una postura más humanitaria y solidaria pero siempre desde una óptica realista.
Si analizamos el derecho migratorio desde una óptica estrictamente económica arribaremos a posturas rígidas en las que prevalecerá el interés económico del Estado y sus nacionales en desmedro del derecho de los migrantes a ingresar y desarrollarse en nuestro país. En esta línea se enrolarán los Estados que fincan sus esfuerzos primordialmente, en la protección de los intereses de sus nacionales, comprendiendo ello básicamente: la preservación de sus fuentes de trabajo, la calidad educativa, el servicio de salud, etc., estándar de bienestar que, de por sí, y más allá del fenómeno migratorio, se ha visto reducido o deteriorado en los últimos tiempos por diversos factores (por ejemplo: el desarrollo tecnológico cuyo avance permitió reemplazar en gran parte la mano de obra humana, los efectos climáticos y sus consecuencias en la actividad agropecuaria, la inversión en tecnología e investigación en el campo de la salud, desarrollo que si bien mejora la calidad del servicio también lo encarece, lo que dificulta un acceso a éste en forma indiscriminado, tornándose su acceso acotado, etc.).
En oposición a este enfoque se encuentran los Estados que visualizan la cuestión bajo la óptica humanitaria o de solidaridad. Estos fincan sus esfuerzos en arribar a políticas que sean permeables no sólo a la recepción del inmigrante sino a su integración y desarrollo por su sola condición de ser humano, de sujeto de derechos[1], incluso quienes asumen este compromiso en su máxima expresión, no efectúan distingos en orden a su procedencia, capacidades, etc.
Si bien a priori, del examen de ambas posturas advertimos que la segunda es la más loable, lo cierto es que la adopción de una u otra debe efectuarse sopesando el contexto en el que dicha política de Estado se aplicará pues no puede soslayarse que los bienes y servicios son escasos y el reparto entre muchos incide en la calidad de vida de los beneficiarios. Un examen parcializado de la cuestión conducirá a adoptar normas e implementar medidas plagadas de ilusorios enunciados que se mantendrán en un plano programático y que difícilmente se tornen operativos.
Por ello, si analizamos nuestra historia, advertiremos que la República Argentina desde un principio acogió una postura amplia y receptiva respecto de los migrantes, visualizando en ellos un capital humano que contribuiría al crecimiento del país. Esta visión positiva del fenómeno migratorio surge no sólo de nuestro texto constitucional -art. 25 de la CN-, sino también de las transcripciones de los debates parlamentarios realizados con motivo de las leyes que fijaron políticas migratorias -ver Diario de sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación. 41° reunión - 21° sesión ordinaria -, 17 de diciembre de 2003 - Período 121 - República Argentina-.
En ambos casos, se dejó plasmado cuál era el punto de partida (apertura al migrante). Más allá que este criterio amplio se mantiene en la actualidad, cabe destacar que estas posturas se anidaron en un contexto político, económico, social, cultural e inclusive geográfico diferente. La República Argentina no sólo adoptó una posición abierta al respecto, sino que enfatizó en ella, favoreciendo la inmigración, fomentándola, publicitando las mejores posibilidades que se le ofrecían a los migrantes para trasladarse y asentarse en un país próspero, extenso, con zonas despobladas, en el cual al migrante con ganas de progresar, trabajar y esforzarse se le ofrecían todas las posibilidades para lograrlo y se le facilitaban las herramientas para alcanzar la meta.
La Argentina, luego de obtener su independencia de España, no sólo adoptó políticas abiertas de recepción de la inmigración sino que alentó a éstos a que adopten al país como propio, contratando inmigrantes para colonizar los territorios nacionales, facilitando un éxodo masivo desde Europa que se vio favorecido por la expansión demográfica, la comercialización de la agricultura, la industrialización, circunstancias que permitían a los migrantes europeos acceder a mejores salarios, dejar atrás el desempleo, la pobreza y los graves conflictos políticos de sus lugares de origen.
Es innegable que los movimientos migratorios registrados desde comienzos del siglo XIX contribuyeron a conformar lo que hoy es la Argentina, en un principio con migración europea (como lo destaca nuestra Carta Magna) y luego con migrantes provenientes de países limítrofes, situación generada a partir de la recesión económica que redujo los salarios, los que dejaron de ser tentadores para el patrón migratorio europeo pero de todos modos, el estándar de desarrollo económico y humano de la Argentina siguió siendo atractivo para la inmigración regional de países limítrofes. En este punto, cabe recordar la Ley N° 817[2], de Inmigración y Colonización, primera Ley nacional de Argentina que regula sobre temas migratorios. Esta Ley permitió la creación posterior de diversos asentamientos humanos que luego formaron ciudades y provincias. Así es que, básicamente, argentinos, italianos y españoles entrelazaron su sangre y sus esfuerzos y contribuyeron al desarrollo, fortalecimiento y engrandecimiento de nuestro país.
En efecto, la Ley de Inmigración y Colonización N° 817, sancionada el 6 de octubre de 1876 que respondió a la iniciativa del presidente de la nación Dr. Nicolás Avellaneda, tenía como objetivo prioritario: poblar y aprovechar las grandes extensiones de tierra que poseía nuestro país. Dicha iniciativa plasmada en ley mantuvo su continuidad y vigencia en el tiempo. Prueba de ello, es el diario de sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación, en donde bajo el título “Política Migratoria” los senadores Giustiniani y Cafiero[3] efectuaron manifestaciones que dan cuenta de la voluntad del Estado Argentino de mantenerse en esa línea de pensamiento. Cabe recordar las expresiones vertidas en dicha sesión en cuanto a que la nueva legislación (en referencia a la Ley N° 25.871- nos pone “… a tono con estas demandas que tienden a elaborar una política poblacional en la Argentina, a destruir mitos, xenofobias y prejuicios. La Argentina necesita cubrir sus espacios verdes. Y esta ley de alguna manera trata de lograrlo…”-Senador Cafiero-.
No puede soslayarse que el examen del derecho migratorio no puede escindirse del contexto global en el que se encuentra inmerso, el cual incide directamente en su evolución y evidencia grandes contradicciones. En efecto:
“…El fenómeno migratorio es cada vez más amplio, profundizando la contradicción intrínseca que trajo aparejada la globalización en virtud de la cual los Estados nación han abierto los mercados, pero no las fronteras; han derrumbado las barreras a la libre circulación de la información y de los capitales, pero no lo han hecho en la misma medida con las de la libre circulación de las personas. Sin embargo, ningún Estado puede sustraerse de las consecuencias de alguna forma de migración, profundizada -entre otras razones- por el aumento de las desigualdades entre los países, así como por la proliferación de conflictos y guerras civiles, entre otros factores…”[4].
En efecto, ilustran lo expuesto las palabras vertidas en la Cámara de Senadores de la Nación, al tiempo de tratarse el proyecto de Ley sobre políticas migratorias -sesión ordinaria 21 del 17/12/2003 donde se afirmó que:
“…La historia de la humanidad siempre ha dado cuenta de la recurrencia de grandes corrientes migratorias...”. Sin embargo “... sólo una ínfima parte del potencial migratorio que existe en la Humanidad actual es el que se realiza. Queda una enorme y vasta posibilidad…de que se sigan reproduciendo estas corrientes migratorias. Esto sucederá así, en la medida en que el proceso de globalización introduzca mayores diferencias entre las distintas regiones del planeta”[5].
Los economistas clásicos sostenían que la prosperidad nace del intercambio de los factores de la producción de bienes y servicios, pero también debían admitir… que la movilidad del factor humano es un elemento que sirve no sólo para agudizar o incrementar el crecimiento mundial, sino también la equidad en la distribución de la renta mundial. Esto que parecía un paradigma y un axioma de la economía clásica, en la realidad no ha funcionado porque los países ricos no quieren recibir inmigrantes...”. También se afirmó que “…el proceso de globalización va a acentuar esta característica digamos, “nomadista” de la especie humana. Y tenemos que estar preparados para ello… ”[6].
Cabe recordar las palabras de la Senadora Escudero, vertidas con motivo del tratamiento de la Ley de migraciones en sesión del 17/12/2003, oportunidad en la que señaló que:
“… el mundo está entendiendo que no hay felicidad posible sin justicia y que la justicia ya no es un problema de un país o de una región, sino que es una cuestión universal. El tema de los derechos humanos de los trabajadores migrantes es una situación que atañe a la humanidad toda; más aún en estos momentos, cuando vemos que el mercado se ajusta mediante el aumento exponencial de los migrantes. De modo que, además de proteger los derechos humanos de los migrantes, tenemos que velar para que en nuestros países se hagan grandes esfuerzos para aumentar la oferta de trabajo decente…”.
Esta preocupación por el migrante es destacada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), organismo que trabaja con migrantes y gobiernos a fin de responder a los retos contemporáneos que plantea la migración y tiene como una de sus prioridades estratégicas fortalecer la capacidad de los gobiernos para que puedan monitorear y encauzar los flujos migratorios a través de una formulación efectiva de políticas, del diálogo y del intercambio de información[7] y de la cooperación. Asimismo, dentro de las actividades de investigación de la OIM a nivel mundial se encuentra la problemática vinculada a la migración irregular y la integración de los migrantes[8].
En esta dirección, y a efectos de aunar esfuerzos que tengan efectos reales y positivos para los nacionales y para aquellos hombres de bien que quieran habitar el suelo argentino, es que llegó la hora de tomar conciencia de la complejidad del tema migratorio y de la necesidad de encauzar el estudio del tema y sus posibles soluciones desde una perspectiva con base en el siglo XXI y con la mayor celeridad y efectividad posible, dado que el aumento del flujo de inmigrantes que vivimos en los últimos años, no sólo a nivel nacional sino también a nivel mundial, nos permite hacer proyecciones, con lo cual ya no puede sorprendernos su incremento dado que los datos actuales y sus estadísticas nos evidencian la urgencia que requiere el tratamiento del tema, la necesidad de adoptar estrategias viables que satisfagan -en la mayor medida posible- los intereses de todos los involucrados, su planificación a conciencia para implementarlas en el corto tiempo y la organización necesaria, elementos indispensable para que el trabajo desplegado culmine alcanzando sus objetivos de la manera más eficiente posible.
Así las cosas, y adentrándonos en la política migratoria de nuestro país, luce evidente que debemos encauzar nuestros esfuerzos en la toma de decisiones que logren enlazar las dos visiones antes señaladas -óptica económica y humanitaria-. Pues quedarnos en una u otra, puede generar efectos no deseados como arbitrariedades, desigualdad, discriminación.
Así, aunque a priori parezcan compartimentos estancos, lo cierto es que creo que el único camino viable para garantizar el pleno goce de derechos para los migrantes[9] -tal como constitucionalmente y desde antaño nuestro país pregona-, sin afectar los de los nacionales, es mediante la adopción de políticas de estado que contemplen los intereses económicos y humanos para ambos actores, con una visión realista y contemplativa de las necesidades y las posibilidades de realización que se le puedan brindar al inmigrante.
No es fácil, pero en esta senda es que en los últimos tiempos se está trabajando. Y ésta es justamente la perspectiva y la indicación que organismos como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) marcan como caminos conducentes a la maximización de resultados a través del trabajo planificado, coordinado y conjunto de los Estados. “Una de las prioridades estratégicas de la OIM en este ámbito es fortalecer la capacidad de los gobiernos para que puedan monitorear y encauzar los flujos migratorios a través de una formulación efectiva de políticas, del diálogo sobre políticas, del intercambio de información y de la cooperación”[10].
En esta línea, es que en nuestro país se está trabajando en forma organizada y planificada en el abordaje y reconducción del flujo migratorio. En los últimos tiempos se han celebrado distintos convenios con organizaciones e instituciones varias destinadas a localizar, registrar y potenciar los valores y capacidades de cada migrante para ponerlos al servicio de comunidades en las que estas capacidades son requeridas. Creo que el gran temor que suele percibirse en torno al ingreso de flujos migratorios es la sensación que estos ingresos repercutirán negativamente en la sociedad[11], quitando fuentes de trabajo (cuando ya de por sí escasean), deteriorando la calidad académica y sanitaria (mayor cantidad de usuarios de los sistemas educativos y de salud con el mismo presupuesto), etc.
Por ello, teniendo en cuenta tanto al migrante -desde el punto de vista de su desarrollo e integración en nuestro país- como al nacional -preservando su estándar de vida y en su caso, hasta mejorándolo- es que deben enlazarse las ópticas economicistas y humanitarias, bajo la adopción de enfoques más coherentes, integrados y mejor coordinados teniendo presente que los derechos humanos son intrínsecos a todos los seres humanos, independientemente de su valor como “unidades de trabajo” o “agentes de desarrollo” y que está en nosotros reconocer y potenciar los aportes que cada migrante puede ofrecer a nuestra nación para enriquecerla como lo hicieron años atrás, en un contexto de condiciones dignas de acogida que sean permeables para el logro de dichos objetivos.
Conclusión
Atento a todo lo expuesto, cabe señalar que la migración internacional es una realidad multidimensional y multicausal, cuyos efectos se proyectan tanto en el país de origen del migrantes como en el de tránsito y en el de destino. Por ello, el tratamiento de la temática migratoria, por la importancia de los sujetos involucrados y los efectos que producen las decisiones que se adopten, debe ser enfocado desde una perspectiva integral, con una mirada posicionada en la realidad del siglo XXI y con la premisa de abordar la temática no como “el problema de las migraciones” sino como la búsqueda de las mejores respuestas de protección de los derechos de las personas migrantes[12].
Bajo estas directrices se disiparán los temores y resquemores que la apertura al ingreso de migrantes genera en los países receptores, tal como recientemente lo mencionó el Papa Francisco, ante miles de fieles reunidos frente al Coliseo (emblemático lugar de martirio de miles de cristianos), donde aludió a la realidad de hoy y mencionó la cruz que llevan entre otros, los migrantes “…que encuentran las puertas cerradas debido al miedo y a los corazones blindados por cálculos políticos…”[13].
No puede soslayarse la necesidad actual de que el fenómeno migratorio hay que analizarlo y legislarlo conforme a la realidad que se da en el siglo XXI y no como se vio en el siglo XIX cuando se conformó el Estado Nacional. Son dos realidades históricas diferentes y dos requerimientos distintos.
Muestra de ello es el art. 25 de nuestra Carta Magna en cuanto se refiere a fomentar la inmigración europea y destaca la importancia de que tengan por objeto, entre otros, el labrar la tierra y la mención en el ámbito parlamentario, a la necesidad de cubrir los espacios verdes, cuando en la actualidad advertimos que el trabajo manual en el campo fue prácticamente reemplazado por maquinaria industrial y se ocupa aproximadamente el 10 % de la mano de obra que se ocupaba en el siglo XX. Estas realidades distintas también se ven profundizadas por la aparición de flujos migratorios nuevos, provocados por cuestiones políticas conflictivas, desastres climáticos, etc. que generan un flujo migratorio que se adiciona a las cifras regulares.
Estos cambios y esta afluencia de inmigrantes debe ser receptaba en forma organizada, circunstancia que permitirá considerar a la inmigración de forma positiva, como “fuente de bienestar, innovación y desarrollo sostenible”[14]. Pensemos que ya a comienzos de 1830, el ingreso de migrantes no era totalmente desprovisto de planificación, organización y control pues si bien demográficamente los migrantes se asentaban donde lo deseaban, o mejor dicho, donde conseguían insertarse laboralmente, lo cierto es que a esa inmigración se la recibía, se la atendía clínicamente y se le brindaba hospedaje y alimentación junto con capacitación para poder rápidamente contar con herramientas que le permitieran formar su propio camino y cumplir con la meta por la que dejaron sus países de origen, es decir, asentarse, trabajar, mejorar su presente y forjar un futuro mejor -un claro ejemplo de lo expuesto es el “Hotel de Inmigrantes” [15] [16] -.
Por ello, si con anterioridad, en tiempos en que nuestro país necesitaba del inmigrante para cubrir y labrar sus espacios verdes se realizaba una recepción migratoria planificada, hoy, que la situación económica, social e inclusive demográfica se ha modificado notoriamente, no podemos dejar librada a su suerte la llegada, inserción, integración y asentamiento de los migrantes, pues tal falta de control y de planificación repercute nocivamente tanto para el migrante como para el país receptor y sus habitantes.
Si con anterioridad se le brindaban al migrante las condiciones necesarias para un ingreso legal, e incluso, les proveíamos de las primeras herramientas para un arribo exitoso y un camino de desarrollo próspero, brindándoles a través del “Hotel de Inmigrantes” un lugar digno e higiénico donde alojarse y alimentarse en los primeros días hasta conseguir un trabajo que les permita lograr su propia manutención y sirva de base para su posterior desarrollo, hoy no podemos dejar librado a su suerte al inmigrante que desee vivir en nuestro país.
Por ello, para que el inmigrante pueda cumplir su deseo y el nacional no vea mermada su calidad de vida por su llegada es que este ingreso de inmigrantes debe ser legal y su incorporación a nuestras tierras debe ser organizado y planificado para que el ingreso de flujos migratorios aporte beneficios tanta al migrante como al nacional y este beneficio se logra, en mi opinión, mediante la facilitación de la regularización de la situación migratoria y la recolección de información respecto de las capacidades y habilidades de cada migrantes para su clasificación y posterior enlace con las demandas insatisfechas que nuestro extenso país presente.
Un tratamiento ligero de la cuestión migratoria, en un contexto de puertas abiertas al migrante como el que rige en nuestro país, llevará al amontonamiento de migrantes[17] [18] [19] en lugares superpoblados (Ciudad Autónoma de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires)[20] por resultar a priori más atractivos que otros que se encuentran más alejados, elección en la que no se repara en que se encuentran superpoblados, con capacidad laboral sobrepasada, circunstancias que impiden la inserción y el desarrollo productivo del migrante y esta situación de insatisfacción y sus consecuencias es lo que genera en los habitantes del país receptor sentimientos contrarios a la permanencia de éstos en el territorio nacional[21].
Por ello, entiendo que la toma de conciencia de la importancia del abordaje del tema migratorio es fundamental y hoy puede afirmarse, que en nuestra política se están comenzando a receptar estas ideas y se está trabajando en ellas. Se advierte que nos encontramos encaminados a cumplir con los objetivos antes mencionados y fundamentalmente, a garantizar los derechos de los migrantes sin mengua de los de los nacionales, facilitando la regularización de la situación migratoria[22] -marco de legalidad indispensable para una inserción y desarrollo exitoso- y para evitar la explotación laboral de éstos y la marginalidad.
En efecto, y sin perjuicio de que queda mucho camino por recorrer, merece destacarse que a lo largo del 2018 se han efectuado avances en este sentido y se ha trabajado en incrementar la transversalidad en materia migratoria, en trabajar mancomunadamente en la elaboración de políticas públicas consensuadas internacionalmente para una migración segura, ordenada y regular y también, en abordar la temática migratoria no en forma aislada sino teniendo en cuenta que los flujos migratorios se insertan en un contexto globalizado, procurando la colaboración y complementación de organismos globales como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) o el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Se ha trabajado en el fortalecimiento de la dinámica de trabajo en frontera[23] con la utilización de los recursos con los que hoy disponemos -a diferencia de la situación imperante a principios del siglo XX donde no se contaba con la tecnología que hoy existe-. También a los efectos de que confluya tanto el bienestar de los inmigrantes como las necesidades de desarrollo de todo el territorio nacional se efectúan esfuerzos y se trabaja en programas de orientación de los flujos migratorios hacia los lugares que demandan mano de obra genuina, sobre la base de un concepto demográfico poblacional[24] [25]
De este modo, con las medidas implementadas y los proyectos que se encuentran en marcha -a lo que es de esperar que se adicionen muchas otras herramientas-, podemos afirmar que la Argentina hoy se prepara positivamente para recibir los flujos migratorios y esta visión es importante tenerla presente a diario y difundirla a efectos de generar el clima propicio para la elaboración de estrategias de abordaje y programas de implementación, por parte de los operadores políticos y también con propuestas individuales, del ciudadano común, que se dirijan a concretar estos objetivos para beneficio de todos.
El trabajo bajo estas premisas posibilitará continuar en esta senda y sumar nuevos aportes que nos acerquen al cumplimiento de los objetivos definidos y a la maximización de sus resultados.
Notas
* Secretaria Letrada de la CSJN. Directora del Instituto de Derecho Migratorio, Refugio y Cultura de la Asociación Argentina de Justicia Constitucional. Doctora en Derecho Penal y Ciencias Penales (USAL). Doctora en Jurisprudencia (USAL). Especialista en Derecho Procesal (USAL). Especialista en Derecho Penal (USAL). Especialista en Mediación y Resolución de Conflictos (UB). Especialista en Derecho Penal (U. AUSTAL). Especialista en Administración de Justicia (UBA). Especialista en Programa de Formación de Aspirantes a Magistrados (Consejo de la Magistratura de la Nación, Escuela Judicial). Profesora Adjunta I de las materias “Derecho Procesal Penal” y “Habilitación Profesional I” (UB). Miembro de la Asociación Hispano Argentina de Profesionales. Miembro de la Asociación Argentina de Justicia Constitucional. Co-directora de la Revista Análisis de Derecho Penal y Procesal Penal. Revista de Doctrina y Jurisprudencia Penal (IJ Editores).
[1] “… Es importante destacar que los Derechos Humanos, además de ser indivisibles, interdependientes, complementarios y no jerarquizables, trascienden las fronteras nacionales. De ahí que se puede afirmar que un ser humano no importa el lugar donde este resida y viva, es sujeto de derechos…”. Incluso invita a los estados a ser parte de la iniciativa de promoción de políticas que hagan posible el reconocimiento de los ciudadanos globales, consagrando la Ciudadanía Universal, eliminando el concepto de ciudadanos ilegales ya que la migración debe ser comprendida como un derecho de libre ejercicio y no así por razones de desplazamiento forzado…”. Palabras de Benita Díaz, Parlamentaria Supraestatal de Bolivia, Opinión Parlamentaria (27/10/17). ¿La problemática de la migración o el derecho a la migración? https://www.parlamentomercosur.org/innovaportal/v/14405/1/parlasur/la-problematica-de-la-migracion-o-el-derecho-a-la-migracion.html
[2] Ley N° 817, de Inmigración y Colonización, sancionada el 19 de octubre de 1876, bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda (Ley Avellaneda).
[3] Diario de sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación. 41° reunión - 21° sesión ordinaria -, 17 de diciembre de 2003 - Período 121 - República Argentina-.
[4] Roca, Santiago. El derecho de acceso a la justicia y la garantía del debido proceso de las personas migrantes en Argentina. Estudios sobre Jurisprudencia 2018. Referencia Jurídica e Investigación. Secretaria General de Capacitación y Jurisprudencia. Ministerio Público de la Defensa. Argentina.
[5] Senadora Escudero. Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación. 41° reunión - 21° sesión ordinaria -, 17de diciembre de 2003 - período 121 - República Argentina-.
[6] Senador Cafiero en el Diario de sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación. 41° reunión - 21° sesión ordinaria -, 17 de diciembre de 2003 - Período 121 - República Argentina-.
[7] La OIM destaca que “… la coherencia entre las diferencias políticas migratorias nacionales requiere una compilación y disponibilidad de datos sobre migraciones comparables a nivel internacional, una coordinación de políticas nacionales, una cooperación activa entre las autoridades involucradas y una cooperación activa internacional dentro del marco de la legislación a niveles bilaterales, regionales y globales. La creación de Perfiles Migratorios responde a esos desafíos… ofrecen un marco para recopilar información…” OIM Organización Internacional para las Migraciones. Perfil Migratorio de Argentina. Noviembre 2008.
[8] Políticas e Investigación sobre Migración. Organización Internacional para las Migraciones. https://www.iom.int /es/politica s-e-investig acion-sobre- migracion.
[9] “Argentina tiene una de las legislaciones más avanzadas respecto al derecho al migrante, con la derogación de la ¨Ley Videla´ y la aprobación en 2004 de una nueva ley que puso al país a la vanguardia con documentación, salud y educacióin2 en igualdad de condiciones con los nativos…” Enrique Peláez (CONICET) www.telam.com. ar/notas/2013 08/28767
[10] Políticas e Investigación sobre Migración. Organización Internacional para las Migraciones. 23/11/2018, pág. 1 https://www.iom.int7 es/politicas-e-in vestigacion -sobre- migracion.
[11] El Papa Francisco dijo “el miedo a los migrantes nos vuelve locos y señaló que será un tema central de la Jornada Mundial de la Juventud”, Diario La Nación, Economía, pág 15, 24/1/19.
[12] Benita Díaz (antes citada).
[13] Diario La Nación, Argentina, del 20/4/19. El Mundo, pág. 8.
[14] El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU aspira a que se optimicen mejor esos efectos positivos.
[15] Hotel de los Inmigrantes: el edificio que alojó a un millón de nuestros antepasados. Patrimonio. Sus cuatro plantes de arquitectura higienista, en Retiro, funcionaron entre 1912 y 1953; hoy alberga un museo. Diario La Nación. Buenos Aires, pág. 29.
[16] Hotel de Inmigrantes. www.arc ondebuen osaires.com .ar/hotel_inm igrantes.htm
[17] “… en los últimos 70 años lo que hicimos fue amontonar gente…Lanús tiene una densidad de población de 10.000 personas por kilómetro cuadrado y la densidad total del país es de 16 habitantes… las cosas las hicimos mal, pero las podemos hacer bien…” reflexionó Horacio García, Director Nacional de Migraciones en el “Encuentro Nacional sobre Políticas Migratorias y Cooperación Humanitaria”, 18/12/18, http://www.m igracion es.gov.ar
[18] “… En cuanto a las provincias elegidas por los nuevos migrantes, los datos señalan que el 82,7% de las radicaciones resueltas en 2017 se produjeron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la provincia de Buenos Aires. La provincia de Córdoba, ocupó la tercera ubicación con sólo el 2,6 % seguida de Santa Fe y Mendoza…”. Informe sobre migraciones en Argentina. Cámara Argentina de Comercio y Servicios.
[19] Convenios celebrados con la provincia de Neuquén dan cuenta de la importancia de “… direccionar los movimientos migratorios hacia regiones menos pobladas y, en ese sentido, en el territorio de la provincia de Neuquén existen zonas particularmente en el centro y norte, con escaso o nulo arraigo poblacional que podrían resultar tentadoras para los migrantes…” 29/8/18, http://www.migrac iones.gov.ar
[20] “Dado que en CABA y conurbano se concentra el 83% de los migrantes… se trabaja para gestionar políticas de orientación de los flujos migratorios hacia el interior del país a fin de que tengan un desarrollo laboral acorde con sus capacidades o formaciones y que a la vez sean un aporte para el país…” Jornada de orientación a profesionales de la salud venezolanos, 3/10/18, DNM, http://www.mi graciones.g ov.ar
[21] “… La Argentina está compuesta por 42 millones de personas y, en un lapso de 30 o 40 años, podría radicar el doble su población. Lo que tenemos que hacer es orientar los flujos migratorios y ese es un trabajo ineludible del Estado. Migraciones radicó en dos años y medio a 520.000 personas. Es una cifra muy importante. Pero el 83% de esa cantidad, se radicó en Capital y en el primer cordón bonaerense. Eso no le sirve a los migrantes, porque las posibilidades de plasmar sueños son mucho menores, ni tampoco le sirve a la Argentina. Por eso, sin dudas, este es el gran desafío que tenemos todos…”. Horacio García, 5/7/18, DNM, http://www.migraci ones.gov.ar
[22] Al respecto cabe destacar la “… importancia de que la Argentina haya firmado en Marruecos el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular…” palabras vertidas por Claudio Avruj, Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, 18/12/18, http://ww w.migracione s.gov.ar
[23] Taller de “Fortalecimiento de la gestión migratoria a través de la facilitación del tránsito de personas y la regulación de trabajadores migrantes en las fronteras de Argentina con Bolivia y Paraguay” organizado por la Dirección de Delegaciones de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
[24] Reflejo de este avance es la puesta en marcha de la plataforma online de radicación a distancia (Radex) destinada a facilitar, simplificar y agilizar el otorgamiento de residencias a los extranjeros, así como también, su aprovechamiento para que los interesados completen una “Encuesta de aptitudes profesionales” que permite al inmigrante compartir su perfil laboral indicando idioma, experiencia laboral, nivel de estudio, títulos y otros detalles que faciliten su inserción social.
[25] El Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda firmó un convenio con el Ministerio de Salud de la provincia de San Juan para intercambiar información que permita cotejar las ofertas laborales de la provincia con las demandas de inmigrantes de profesionales de la salud para ocupar puestos que permanecen vacantes y no son cubiertos por argentinos. 25/3/19. También se firmaron convenios de información y colaboración con organismos y la Justicia Chubutense, 21/10/18, con la provincia de Neuquén, 30/8/18, se hicieron reuniones con funcionarios de la provincia de Rio Negro vinculadas a las perspectivas de inserción laboral vinculadas a la actividad ladrillera desarrollada por inmigrantes, 30/8/18, http://www.mi graciones.gov.ar
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