La Ley 25916 (Ley de Presupuestos Mínimos para la Gestión Integral de Residuos Domiciliarios) y el Paradigma de la Economía Circular
Dra. Susana Bidegaray*
“La cuarta revolución industrial alterará fundamentalmente nuestra forma de vivir, trabajar y relacionarnos entre nosotros. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será diferente a cualquier cosa que la humanidad haya experimentado antes. La industria de gestión de residuos no será una excepción, será redefinida también. En cada revolución industrial el descubrimiento de nuevas técnicas y nuevos materiales impulsa la creación de nuevos tipos de productos. Todos y cada uno de ellos, tarde o temprano se convierte en un nuevo tipo de residuos, en un ciclo virtuoso que trae siempre sorpresas a la industria de residuos.
Algunos ejemplos: las impresoras 3D ya ofrecen entre 95 y 99% de reducción de residuos en industrias específicas y abren un nuevo conjunto de grandes soluciones para el reciclaje de plástico; las tecnologías robóticas proporcionan soluciones inimaginables para la separación de residuos mezclados; el Internet de las Cosas puede impulsar el mantenimiento preventivo, prolongar los ciclos de vida e impulsar la optimización y personalización de los electrodomésticos; los coches sin conductor y los drones harán la recolección puerta a puerta y el reciclado más baratos y a medida.
Hay una abundancia de nuevas soluciones fantásticas que ya están remodelando nuestro mundo y el potencial para un futuro sin desperdicios es más que claro y realista, al menos en las áreas y las cadenas de suministro del mundo que será capaz de integrar los milagros de la Cuarta Revolución Industrial dentro de la industria de residuos y reciclaje. Sin embargo, el problema es que nuestras experiencias de todas las revoluciones industriales anteriores indican un camino diferente y arriesgado. Durante los últimos 200 años, cuando creamos soluciones tecnológicas avanzadas que nos permitieron entregar más productos utilizando menos materiales y energía, la respuesta real fue aumentar exponencialmente el consumo. Así, a pesar de que los materiales de desecho o la energía desperdiciada por unidad fueron mucho menores debido a las prácticas de optimización industrial, el resultado fue acelerar el agotamiento de los recursos y la generación de desechos en tasas increíbles, creando lo que se llama el “Antropoceno”, la era donde la huella humana se transforma en una era geológica.
Este es también el caso de la cuarta revolución industrial. ¿Vamos a utilizarlo hacia una economía circular o simplemente aceleraremos el agotamiento de los recursos con una eficiencia avanzada? ¿Vamos a rediseñar productos, modelos de negocio y prácticas sociales o vamos a seguir con la comida rápida, la moda rápida y la obsolescencia incorporada? ¿Vamos a repensar, reiniciar y rehacer la fabricación y por lo tanto el sector de gestión de residuos también, o simplemente vamos a ver nuevas oleadas de residuos exóticos llegando y tratar de manejarlos con soluciones al “final de la cañería“?
Nadie sabe la respuesta, y definitivamente depende mucho más de la transformación requerida en la manufactura, en lugar de la respuesta de la industria de residuos. Sin embargo, tenemos que estar preparados para un mundo nuevo, donde muchas de las prácticas actuales serán simplemente irrelevantes o borradas por la innovación radical.” Anthony Mavropoulos – Presidente de ISWA.
Este párrafo extraído de la presentación del presidente de ISWA (International Solid Waste Asociation) nos sirve de introducción de un de tema de importancia actual. La pregunta es: Está la Ley 25916 Ley de Presupuestos Mínimos para la Gestión de Residuos Domiciliarios desactualizada? Este nuevo paradigma de considerar recursos a los residuos de aquel lejano de “la cuna a la tumba” se convierta en “de la cuna a la cuna” nos hace pensar si nuestra legislación específica ya estaría en condiciones de ser modificada o podemos aplicar jurídicamente este nuevo paradigma con la legislación vigente?
La premisa de la economía circular es: “Los residuos no son basura son recursos para gestionar”
Los objetivos entre otros son:
1 Disminuir la cantidad de residuos a disposición final promoviendo prácticas de la economía circular.
2 Disminuir el impacto ambiental de los residuos.
3 Promover tecnologías para la valorización de residuos
Las etapas de la Gestión Integral de Residuos Domiciliarios son:
Generación
Disposición Inicial
Recolección
Transferencia
Transporte
Disposición Final,
La pregunta es: Podemos adaptar estos pasos previstos en la Ley de Presupuestos Mínimos al nuevo paradigma de la Economía Circular?
La respuesta, la podemos encontrar en el análisis de los distintos estamentos que integran la economía circular.
En el punto Número uno nuestra ley actual soslaya esta tendencia sin nombrarla explícitamente ya que en todas las etapas, siempre contempla la posibilidad de separación diferenciada en cada uno de ellos.
En cuanto al impacto ambiental si bien la ley de presupuestos mínimos no lo estipula como un requisito este ítem ha sido receptado por varias de las legislaciones locales que lo han incorporado como requisito de la gestión.
El tercer y último objetivo, tampoco está explicitado en nuestra ley de presupuestos mínimos pero también está agregado en algunas legislaciones de carácter provincial.
Capítulo aparte merece la Ley de Basura Cero de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dado que en el texto de la ley 1854 no se admite la utilización del residuo como materia prima, pero un año después de su sanción, se crea la Dirección de Reciclado donde el programa de las tres R (Reducir, Rehusar y Reciclar) y las metas pre-establecidas son los objetivos a seguir.
Como vemos, nuestra ley de Presupuestos Mínimos, es actual, a la cual solo le hace falta un poco de más de eficiencia en la aplicación y en la sanción de leyes locales para la correcta Gestión Integral de Residuos Domiciliarios.
* Abogada Especialista en Derecho Ambiental – Asesora en el Ministerio de Ambiente – Docente Universitaria de la Materia Recursos Naturales y Derecho Ambiental en las Universidades de Buenos Aires, Nacional de Lomas de Zamora y Universidad Abierta Interamericana.
|