JURÍDICO ARGENTINA
Doctrina
Título:El Derecho Ambiental, el Cambio Climático y la Antártida
Autor:Bellorio Clabot, Dino L.
País:
Argentina
Publicación:Revista Iustitia - Número 10 - Agosto 2021
Fecha:05-08-2021 Cita:IJ-I-DXLVI-616
Índice Voces Relacionados Ultimos Artículos
1. El derecho ambiental, el cambio global y su proyección climática
2. La cuestión antártica
3. El Sistema Antártico, el Tratado Antártico y el Protocolo de Madrid
4. La 43a Reunión Consultiva del Tratado Antártico
5. Acerca del Protocolo de Madrid
6. Sobre el Comité Científico para la Investigación Antártida
7. Opiniones a 60 años del Tratado Antártico
8. Reuniones consultivas del Tratado Antártico
9. Fenómenos de graves e inminentes amenazas al ambiente antártico
10. Nueva legislación y fortalecimiento institucional
11. La demanda mundial del agua y el riesgo para la Antártida
12. La educación ambiental
Notas

El Derecho Ambiental, el Cambio Climático y la Antártida

Por Dino Luis Bellorio Clabot

1. El derecho ambiental, el cambio global y su proyección climática [arriba] 

El derecho ambiental, disciplina de notable expansión y desarrollo en los últimos 30 años, tanto en la legislación, la doctrina y la jurisprudencia local como internacional, ha ido integrando progresivamente nuevos y renovados contenidos de principios e instituciones jurídicas vinculados al cambio climático, la diversidad biológica y a los objetivos y metas de la agenda del desarrollo sostenible.

La cuestión no es ajena por cierto a la renovación, progreso y consolidación de nuevos enfoques y perspectivas que responden al nuevo paradigma ambiental y climático, a la necesidad de hacer frente a las realidades y retos del cambio global y del desarrollo humano, en gran medida definidos por la Agenda 2030 y sus ODS, que constituyen materia esencial del derecho ambiental de nuestros días.

Al abordar la cuestión antártica desde la perspectiva climática -uno de los abordajes esenciales posibles- según nos proponemos aquí, hemos creído oportuno referenciar aspectos de la proyección del derecho ambiental en la actualidad, para un examen más conveniente de la realidad ambiental del continente blanco.

En nuestra opinión, el derecho ambiental se ha constituido hoy en una rama rectora de nuestro derecho pues ha asumido e integrado una gran cantidad de otras ramas y disciplinas diversas incluso no jurídicas, con el objetivo de integrar ciencia, canalizar nuestros comportamientos humanos hacia el respeto por la propia sociedad y por la Naturaleza y posibilitar el desarrollo humano.

El derecho ambiental constituye "un signo de nuestra era". El Derecho suele reflejar fielmente las preocupaciones de la humanidad y es por esta elemental razón que el Derecho ambiental existe y ha alcanzado su desarrollo actual.

La preservación y promoción del ambiente y la implementación de un modelo de desarrollo sostenible es una preocupación de la Sociedad de nuestro tiempo y, por consiguiente, del Derecho.

1.1. Los nuevos paradigmas

Entendemos que la cuestión del cambio y la crisis climática se han convertido en eje central de la problemática ambiental y del desarrollo sostenible actual. Los nuevos paradigmas que configuran la crisis climática, el ambiente y el desarrollo humano, impactan sobre la propia proyección de las actividades humanas, el uso los recursos planetarios, los bienes de la naturaleza y la satisfacción sostenible de sus necesidades y exigencias.

De acuerdo a ello, la crisis climática abarcativa, su compresión y tratamiento científico, transversal e interdisciplinario, las respuestas institucionales a nivel global y local, las acciones requeridas y su implementación, conforman un escenario que abraza por lo menos gran parte de la problemática ambiental de nuestro tiempo y los objetivos del desarrollo, todos ellos relacionados con la cuestión climática y las acciones para enfrentar la crisis.

La compleja cuestión del cambio climático constituye hoy una problemática abierta a un serio desafío para la humanidad, no totalmente percibida (por lo menos adecuadamente) pese a la evidencia (1).

Si la pandemia ha representado un flagelo y un colapso mundial, la crisis climática no le va en zaga y obliga a una consideración más cercana, estrecha y realista.

No escapan a nuestro análisis las acciones y propuestas de los jóvenes, de las mujeres y sus organizaciones con las expresiones de los grupos más vulnerables, que asumen la crisis y tienden un puente al futuro y a la esperanza. Precisamente, la irrupción de un activismo climático de matriz juvenil no solamente revitalizó el campo de acción, sino que abrió nuevas expectativas en un contexto de renovada urgencia climática.

No pueden soslayarse tampoco las cuestiones de acceso y organización de una justicia ambiental y climática para impulsar una nueva institucionalidad destinada a la defensa del Planeta y los derechos humanos frente a actividades, conductas y crímenes que los vulneran o desconocen.

1.2. Ciencias del comportamiento humano

Nuestra disciplina también está estrechamente vinculada a las ciencias que estudian el comportamiento humano. En muchas áreas, la ejecución de los mandatos de las Naciones Unidas está vinculada a cambios en el comportamiento humano. La ciencia del comportamiento se refiere a una comprensión basada en la evidencia de cómo las personas se comportan realmente, toman decisiones y responden a programas, políticas e incentivos.

En el sistema de las Naciones Unidas, las intervenciones que aprovechan la ciencia del comportamiento ya se están poniendo a prueba y se están aplicando, instando a los colegas, funcionarios y ciudadanos, a explorar y aplicar la ciencia del comportamiento en áreas programáticas y administrativas y trabajar juntos de manera interinstitucional para realizar su tremendo potencial de impacto hacia los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda Mundial (los ODS), que también son contenidos de nuestra disciplina.

1.3. El valor de los acuerdos alcanzados por los países. El Sistema del Tratado Antártico

Es así posible -pese a las dificultades que hemos señalado- pensar en acciones y contribuciones positivas en los acuerdos alcanzados por los ciento noventa y cuatro países de la Tierra, sus autoridades, sus empresas y su población. A pesar de ciertos exiguos resultados, se conocen reacciones; Naciones Unidas reclama fuertemente por una acción climática comprometida y concreta y ha empezado a tener respuestas. Los países pactaron también el Objetivo (13) de Acción por el Clima, en la Agenda del Desarrollo Sostenible 2030, integrado a los demás objetivos interconectados e incluyentes con que fluye este ambicioso plan de acción mundial.

No otra cosa puede decirse en el caso del Tratado Antártico y el Sistema del Tratado, que han demostrado lo exitoso de su concepción y vigencia, logrado obviamente con un enorme esfuerzo y compromiso de la comunidad de naciones que forman parte del mismo y que está abierto al surgimiento de nuevas circunstancias y a distintas visiones, expectativas, preocupaciones y desafíos en relación con el futuro del continente blanco.

1.4. La innovación legal. La construcción de un renovado derecho ambiental y del cambio climático

Creemos que los estudios y la ponderación de los principios de política, instrumentos e instituciones del derecho ambiental y del cambio climático, como la adecuada percepción de los fenómenos actuales, contribuyen a crear conciencia y responsabilidad social y solidaria en la problemática ambiental y climática para hacer posible la vida en el planeta en los años próximos.

El derecho ambiental es un derecho innovador y solidario y así se lo ha caracterizado sin discusiones rechazando la idea de concebir al hombre como un ser desarraigado e inmune a la suerte del ente "Naturaleza", sino antes bien, comprende que necesita de ella para poder sobrevivir y en consecuencia, los valores tutelados por la ciencia del derecho y su objeto se extienden a un nuevo tipo de modalidad biológica y no biológica (entorno), reconociendo el valor intrínseco de la naturaleza como una entidad que debe ser protegida y, por consiguiente, objeto de regulación jurídica (2).

Por otro lado, la innovación legal y del emprendimiento, otras herramientas usadas en miras de la sustentabilidad para un nuevo desarrollo humano, fluye en los nuevos contenidos que muestran la evolución de las ideas en la política, de nuevos derechos y garantías, el avance y consolidación de los principios ambientales y climáticos y de nuevas estructuras y aspectos organizacionales que requiere la realidad actual.

La construcción de un renovado derecho ambiental y del cambio climático global supera el enfoque tradicional de construcción del derecho caracterizado por aspectos antropogénicos. Este derecho se ha caracterizado por dos factores innovadores para la ciencia jurídica: el factor de la evidencia científica y el factor de un enfoque interdisciplinario.

El aporte académico del campo del derecho es esencial, siempre que considere la integración de las ciencias y un accionar conjunto para generar políticas y acciones que tengan que ver con el comportamiento social, los hábitos, las creencias y defina la toma de posiciones, estrategias y reglas que debemos cumplir para enfrentar la crisis global, compleja y extendida que hoy impacta a la humanidad.

2. La cuestión antártica [arriba] 

La cuestión antártica constituye por cierto un contenido insoslayable de nuestra disciplina, que fluye del estudio y conocimiento de la política y la legislación ambiental, sus principios e instituciones, el derecho ambiental internacional, su implementación y vigencia; las herramientas de gestión, las evaluaciones de impacto ambiental, el ordenamiento ambiental del territorio; el daño y la responsabilidad ambiental y climática y la salud humana; el régimen de la atmósfera y el clima, la diversidad biológica y sus acuerdos; el uso ambiental del agua y el acceso al agua potable, los glaciares; la legislación de suelos y de gestión integral de residuos; las leyes de fauna y flora marinas, de la energía y la explotación de minerales e hidrocarburos; los derechos de triple acceso, la información y la educación ambiental, el acceso a la justicia ambiental; el delito ambiental y climático; la agenda del desarrollo, sus objetivos y metas, integrados a una amplia temática que proyecta la política y régimen jurídico de los recursos naturales, la protección del ambiente y el desarrollo sostenible, también antárticos.

2.1. El continente antártico

Por su posición geográfica, el continente antártico está cubierto de hielo. Se trata de hielo que deriva de la congelación de agua dulce, que ha aterrizado en el continente como lluvia o nieve. Este grueso y pesado mantel se desliza con lentitud desde el centro del altiplano hacia la periferia. Más allá de la costa, la masa helada forma extensas barreras o bien se desprende de ella transformándose en grandes témpanos (los icebergs) que flotan gracias a las corrientes y a los fuertes vientos.

Se calcula que la Antártida contiene el 70% del agua dulce del planeta; de ello nos ocuparemos infra, en especial acerca de su disponibilidad para satisfacer las necesidades de la población mundial (3).

Sabemos que la Antártida es fundamental para mantener el clima y el ciclo hidrológico en el mundo. Además, y aunque la extensa masa de agua está congelada, el "Continente Blanco" es una zona viviente: en su espacio costero existen 350 especies de líquenes y algas; musgos, bacterias e incluso algunas plantas que florecen (cuyos nombres científicos son Deschampsia antarctica y Colobanthus crassifolius).

Uno de sus principales "enemigos", a modo de expresión cruda y gráfica, es el cambio climático: el aumento de la temperatura global ha incrementado el deshielo y el desprendimiento de bloques de hielo como la plataforma de Wikins, con más de 14 km² y 150 metros de profundidad o grosor.

Como en tantas otras cuestiones, su deterioro o preservación está sujeto a la toma de conciencia generalizada. Mientras más racional sea el uso que hagamos de los recursos naturales, más esperanzador será el futuro de este gigante de hielo.

3. El Sistema Antártico, el Tratado Antártico y el Protocolo de Madrid [arriba] 

El Tratado Antártico, el Sistema Antártico y en el caso específico, el "Protocolo de Madrid sobre protección del Ambiente" constituyen un tema que exige el mayor detenimiento e incremento formativo en el estudiantado, en nuestras Altas Casas de Estudio, como cuestión que involucra el necesario conocimiento de una realidad sobre la que trabajan en una tarea enorme, científicos, estudiosos e investigadores de muchos países del mundo y sobre la que se está decidiendo y se decidirá en el futuro no tan distante, no solo el interés y derechos de nuestros países, sino también y en buena medida, el futuro de la humanidad.

El Protocolo de Madrid, firmado en octubre de 1991, erigió la Antártida como "reserva natural dedicada a la paz y la ciencia", entre otras cosas, prohibiendo la explotación de recursos minerales. El texto sentó la base según la cual las actividades en la Antártida debían realizarse limitando su impacto negativo sobre el entorno y los ecosistemas (4).

Reafirmamos hoy que, efectivamente, la Antártida, el continente más austral del planeta, atesora una biodiversidad excepcional, lo que la convierte en un laboratorio privilegiado para la cooperación internacional en materia de investigación científica en muchos ámbitos: climatología, ciencias de la tierra, biología, astronomía, medicina, etc. también el derecho y las ciencias sociales.

La Antártida, en pocas cifras, tiene una superficie de 14,2 millones de km2., (5) la capa de hielo puede alcanzar 1,6 km. de grosor; la estación Dumont d’Urville tiene el récord mundial de velocidad del viento, con una medición de 372 km/h (empata con New Hampshire en Estados Unidos), datos por demás elocuentes.

4. La 43a Reunión Consultiva del Tratado Antártico [arriba] 

Una cita ineludible para esta primera parte del año 2021, merece la reciente Cuadragésima tercera Reunión Consultiva del Tratado Antártico (RCTA) celebrada en los días 14 a 24 de junio de 2021 en París, coincidente con la Vigésima tercera reunión (también virtual), del Comité de Protección Ambiental (6).

Aunque la Antártida no tenga habitantes permanentes, las 52 bases científicas que hay en él dan cobijo a unos 1500 científicos que aprovechan el aislamiento y las rudas condiciones climáticas, propicias para la investigación científica.

El Tratado lo suscribieron 12 países en 1959 (Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, la Unión Sudafricana, la URSS, el Reino Unido y Estados Unidos), a los que se han sumado otros 42 Estados.

El Tratado Antártico fue firmado en Washington el 1° de diciembre de 1959 por los doce países cuyos científicos llevaron a cabo actividades en la Antártida y sus alrededores, durante el Año Geofísico Internacional (IGA) 1957-1958. Entró en vigor en 1961 y por ello en 2021 se cumplieron los 60 años de su celebración. Argentina ratificó el Tratado por ley 15.802 del 25 de abril de 1961.

El Tratado dispone que el «continente blanco» está exclusivamente reservado para fines pacíficos y científicos. También se encuentran congelados cualquier tipo de reivindicación territorial y se fomenta la cooperación internacional.

Señalemos que cada año le corresponde a un Estado Parte distinto, organizar la Reunión Consultiva del Tratado Antártico (RCTA).

Estas reuniones consultivas (calificadas como "eventos sostenibles", según norma ISO), permiten que los 54 Estados Parte tomen medidas para garantizar los principios y la persecución de los objetivos de Tratado Antártico, al igual que del Protocolo de Madrid.

Se estudia, formula y recomienda a los Gobiernos medidas dirigidas a facilitar: la investigación científica en la Antártida; la cooperación científica internacional en la región; el ejercicio de los derechos de inspección previstos en el Artículo VII del Tratado.

Asimismo, las reuniones deliberan sobre aspectos atinentes al ejercicio de la jurisdicción en la Antártida y la protección y la conservación de la fauna y la flora.

El encuentro de junio de 2021 es el más reciente desafío para el Tratado Antártico, dado que han participado cerca de 450 delegados de 39 Estados, 6 organismos internacionales y 4 ONGs, sesionando a lo largo de nueve días desde sus respectivos países. Asimismo, iniciaba sesiones el "Comité de Protección Ambiental" -organismo asesor del Tratado Antártico en materia medioambiental-, cuya Vicepresidencia es ejercida actualmente por la Directora Nacional del Antártico de la Cancillería argentina.

Formaron parte de su agenda, el tratamiento de cuestiones relativas al funcionamiento del Tratado Antártico y su Secretaría, la protección ambiental y el cambio climático -temas que hoy son del mayor interés para toda la sociedad mundial*- asuntos científicos y de cooperación internacional, la seguridad en las operaciones antárticas, la actividad antártica de los programas nacionales y la regulación del turismo antártico, entre otras cuestiones; desde nuestra óptica, todos temas de interés ambiental y de las ciencias del ambiente, incluido por supuesto, el derecho.

Se adoptó la "Declaración de París" por el 60° aniversario de la entrada en vigor del Tratado. El documento reafirma "el compromiso de los miembros consultivos en los principios y objetivos del Tratado Antártico" (7).

De igual modo, se conmemoró el 30° aniversario de la firma del Protocolo de Madrid. La Declaración reitera también el compromiso de las partes consultivas de "salvaguardar los ecosistemas de la región y de realizar un trabajo conjunto a fin de comprender los cambios en el clima antártico e implementar acciones consistentes con los objetivos del Acuerdo de París".

Participaron de la 43a. Reunión Consultiva diplomáticos, científicos y técnicos de los diversos países y, en el caso de la Argentina, concurrieron también funcionarios de la Dirección Nacional del Antártico y el Instituto Antártico Argentino. Asimismo, hubo representaciones militares, debido al tratamiento de temas logísticos.

En este marco, la Argentina a través de sus funcionarios reafirmó que nuestro país “sostiene un firme compromiso con la paz y la cooperación científica internacional en el continente blanco en el marco del Tratado Antártico, suscripto por nuestro país en 1959”.

El Tratado Antártico, del cual la Argentina es uno de los doce signatarios originarios, ha sido el instrumento garante de la paz en el continente -prohibiendo la presencia de armamentos y las explosiones nucleares- y ha promovido la investigación científica, la cooperación internacional y la preservación del ecosistema antártico, tema hoy del máximo interés para la vida del planeta.

Nuestro país aportó a sentar las bases de un sistema normativo y de cooperación que ha sido exitoso durante más de medio siglo. El Tratado resguarda a su vez los reclamos de soberanía planteados al momento de su firma en 1959 -incluido el de la Argentina.

Dicho así de paso, la reivindicación territorial de nuestro país sobre su sector antártico, es sustentada por más de 117 años de historia con presencia permanente y actividad científica, además de otros argumentos históricos, jurídicos, geográficos y geológicos.

4.1. Antecedente a la firma del Protocolo

En maratónicas sesiones de trabajo que tuvieron lugar en Madrid el 29 de abril de 1991 (8), las principales delegaciones de los países pertenecientes al Tratado Antártico lograban un acuerdo mínimo sobre la prohibición de explotar los minerales de la Antártida. A cambio de acceder a una prohibición de 50 años, Estados Unidos logró que transcurrido este plazo este acuerdo pueda ser revisado por mayoría y no por consenso, como pedían los ecologistas y los países partidarios de convertir al último continente virgen en un parque mundial en el que nunca entre la maquinaria para extraer sus riquezas.

Se señalaba en la ocasión por las organizaciones ecologistas, en especial, que el acuerdo de Madrid representaría una victoria en la lucha por lograr que la Antártida sea protegida permanentemente como el primer parque mundial del planeta, aunque expresaban de algún modo su frustración porque no se hubiera alcanzado un acuerdo para prohibir la explotación mineral de forma permanente.

5. Acerca del Protocolo de Madrid [arriba] 

Firmado el 4 de octubre de 1991, el mismo entró en vigor el 14 de enero de 1998. Como se adelantara, completa el Tratado al establecer la Antártida como una "reserva natural dedicada a la paz y la ciencia" (9). Fue aprobado en la Argentina por la ley 24.216 del 19 de mayo de 1993.

El texto de la ley establece el principio de que las actividades que se realicen en la Antártida deben realizarse "de manera que se limite su impacto negativo sobre el medio ambiente y los ecosistemas" (artículo 3°). 

Los procedimientos implementados para aplicar este principio son estrictos. El Protocolo sujeta a estudios de impacto previos, que en realidad equivalen a autorizaciones para ingresar al área del Tratado Antártico para cualquier actividad humana que pueda afectar el medio ambiente (Artículo 8°).

El Protocolo de Madrid también prohíbe “cualquier actividad relacionada con los recursos minerales” (artículo 7°). Esta prohibición es básica y esencial para el tema del "agua antártica", que trataremos en particular más adelante..

5.1. Un marco protector

En esta breve recapitulación debe señalarse que el sistema internacional construido desde 1959 para proteger la Antártida ha demostrado, desde esa fecha, ser muy eficaz: el Tratado y el Protocolo de Madrid, así como la Convención para la Protección de las Focas Antárticas y la Convención para la Protección de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, organizaron la cooperación internacional sobre una escala en otras partes del mundo, dio protección adecuada a su entorno, permitió el cese casi total de la pesca ilegal y creó un marco legal internacional que rige estrictamente las actividades que se llevan a cabo en la región.

Entre las disposiciones importantes del Tratado se incluyen las siguientes: en la Antártida solo se permiten actividades pacíficas (artículo I). La libertad de investigación científica en la Antártida y la cooperación con este fin… continuarán (Artículo II) . Las observaciones y los resultados científicos de la Antártida se intercambiarán y estarán disponibles gratuitamente (artículo III).

Entre los signatarios del Tratado había siete países (Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y el Reino Unido) con reclamos territoriales a veces superpuestos. Otros países no reconocen ningún reclamo. Los Estados Unidos de América y Rusia mantienen una "base de reclamación". 

Todas las posiciones están protegidas explícitamente en el Artículo IV que preserva el statu quo: ningún acto o actividad que ocurra durante la vigencia de este Tratado constituirá una base para afirmar, apoyar o impugnar cualquier reclamo de soberanía territorial en la Antártida, ni creará ningún derecho de soberanía en esta región. Durante la vigencia de este Tratado no se presentará ningún reclamo nuevo, ni extensión de un reclamo de soberanía territorial previamente afirmado.

Para promover los objetivos y asegurar el cumplimiento de las disposiciones del Tratado, "Todas las regiones de la Antártida, todas las estaciones e instalaciones, todos los equipos en ellas (...) serán accesibles en todo momento para su inspección" (Art. VII).

5.2. La protección del medioambiente  

La protección del ambiente en la Antártida ha sido uno de los principales temas de cooperación entre las Partes del Tratado Antártico. En 1964, la Reunión Consultiva adoptó las Medidas Convenidas para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, que sentaron las bases para un sistema regulatorio con reglas generales y regulaciones específicas que brindan protección adicional en las áreas de la Antártida, áreas especialmente protegidas. 
En los años siguientes, la Reunión adoptó una serie de recomendaciones sobre diferentes temas con el fin de ampliar, complementar y fortalecer la protección del medio ambiente en la Antártida.
Finalmente, se dio un nuevo paso con la firma del Protocolo en Madrid el 4 de octubre de 1991.

Recordemos que al firmar el Protocolo, las Partes Contratantes “se comprometen a garantizar la protección general del medio ambiente en la Antártida y de los ecosistemas dependientes y asociados y (…) designar la Antártida como reserva natural, dedicada a la paz y la ciencia”. Se prohíbe expresamente cualquier actividad relacionada con los recursos minerales que no sea la investigación científica.

6. Sobre el Comité Científico para la Investigación Antártida [arriba] 

En el año 2009 el "Comité Científico para la Investigación Antártica" (Scientific Committee on Antarctic Research o SCAR). publicó un informe detallado sobre el cambio climático en la Antártida, al que contribuyeron alrededor de 100 científicos de 13 países. Desde entonces, SCAR ha presentado actualizaciones anuales a la Reunión Consultiva del Tratado Antártico (10).

Se trata de un Comité del Consejo Internacional para la Ciencia. El Comité se encarga de iniciar, desarrollar y coordinar la investigación científica en la Antártida. Asimismo proporciona consejo científico a las reuniones consultivas del Tratado Antártico y de otras organizaciones en temas relacionados con la ciencia y con la conservación que afecta a la Antártida y al océano Antártico. El SCAR ha realizado numerosas "recomendaciones", que se han incorporado como instrumentos del Tratado Antártico.

Fue establecido luego de la reunión de Estocolmo del Consejo Internacional para la Ciencia entre el 9 y el 11 de septiembre de 1957. El primer encuentro del SCAR fue realizado en La Haya entre el 3 y 6 de febrero de 1958.

El SCAR se reúne cada dos años en un encuentro de delegados. Un comité ejecutivo escogido por los delgados es el responsable de la administración día a día del Comité. La secretaría del SCAR se encuentra en el Instituto Scott de Investigación Polar en Cambridge, Reino Unido. El comité ejecutivo está formado por un presidente y 4 vicepresidentes. La secretaría del Comité está formada por el director ejecutivo, un oficial ejecutivo y una secretaría.

El SCAR celebra, con anterioridad a la elección de los delegados, una conferencia científica abierta, encaminada a llamar la atención en temas antárticos así como reuniones de los grupos científicos que diseñan los programas científicos que serán, posteriormente, aprobados por los delegados.

En 2002 el Comité fue galardonado con el "Premio Príncipe de Asturias" de Cooperación Internacional por los trabajos desarrollados para la protección de la Antártida.

7. Opiniones a 60 años del Tratado Antártico [arriba] 

A los 60 años del Tratado o Acuerdo de Washington, la Antártida siempre ha generado una gran atracción en los seres humanos.

La Antártida cuenta con una diversidad en recursos naturales sin precedentes. Un dato trascendente en la actualidad es que en su capa de hielo, el continente antártico alberga, como decimos, el 70% del agua dulce de la tierra.

Tengamos en cuenta la escasez del agua en el planeta, lo cual despierta nuevas visiones y pretensiones para "ir por ella".

El carácter escaso de este y de los otros recursos naturales (bienes de la Naturaleza) ha generado la definición de nuestras leyes en cuanto a sus usos o utilización, que debe ser racional y sustentable, como surge de la propia Constitución Nacional y de la legislación ambiental consecuente, que también ponen el acento en la preservación del ambiente y en la prevención y precaución, como principios de la política ambiental nacional.

Asimismo, la Antártida dispone de valiosos recursos minerales y en sus aguas una variedad ictiológica de importancia.

La Antártida en su totalidad, es decir, la capa continental, así como sus aguas colindantes y los recursos que alberga, están protegidos entonces desde la entrada en vigor del Tratado, el mismo que garantiza la intangibilidad de vastas áreas del continente y prohíbe la explotación de sus recursos.

Se dice que hoy es el "último gran santuario" del planeta Tierra.

Existe siempre el peligro de que sea objeto de las presiones que conlleven a un proceso de modificación del mismo, que puedan afectar su intangibilidad. Este escenario sería nefasto para la Antártida y para la humanidad. A este respecto, se entiende necesario discutir sobre el futuro del Tratado Antártico. En este sentido, se manifiestan las reuniones periódicas de expertos responsables en diferentes materias relacionadas con la Antártida, juristas, politólogos, sociólogos y científicos de diferentes países del mundo, que buscan el diálogo para expresar sus visiones, expectativas y preocupaciones en relación con el futuro del continente blanco.
Recordamos en particular una de las últimas reuniones (11), celebrada en Buenos Aires en 2019, donde se manifestaran esas preocupaciones y los aportes del caso, incluso en dicha oportunidad con la voz de la Gobernadora de la Provincia argentina de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

7.1. Coincidencias

Lo cierto es que tanto expertos, diplomáticos y políticos coinciden en señalar en estos tiempos, que aún con la problemáticas señaladas, los logros del Tratado Antártico han sido notables.

Ha unificado no sólo a las superpotencias, sino también a los reclamantes, no reclamantes y a los posibles Estados reclamantes, evitando tensiones y los posibles conflictos sobre la soberanía de los territorios antárticos.

Ha sido fundamental para mantener la paz en la Antártida; para mantener el continente casi completamente desarmado; para facilitar el libre intercambio de información científica; para regular la actividad humana en el continente; y para proteger el medioambiente a través de la negociación de varias convenciones y de un protocolo ambiental.

Si bien a lo largo de su existencia el Tratado Antártico ha sabido adaptarse a los nuevos retos que se le presentaron, se convirtió en un sistema de tratados (conocido como el SISTEMA DEL TRATADO ANTÁRTICO), entre otras cosas, con la mencionada adopción de nuevas convenciones, como la “Convención para la Conservación de las Focas Antárticas”(por ley 21.676 se aprueba la convención adoptada por la Conferencia de Londres de febrero de 1972) y la “Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos” (por ley 22.584 se aprobó esta Convención, cuyo texto fuera adoptado en la Conferencia Diplomática de Camberra en mayo de 1980).

Se ha considerado al Protocolo Ambiental como uno de los instrumentos ambientales más estrictos del derecho internacional y del derecho ambiental internacional hasta la fecha.

Sin embargo, los tiempos han cambiado una vez más y han surgido nuevas circunstancias. El aumento de la actividad humana en la región antártica, el calentamiento global, la falta de precisiones sobre la jurisdicción y la celebración de nuevos convenios y tratados internacionales son las cuestiones más importantes que ejercen presión sobre el Sistema del Tratado Antártico y que plantean nuevos desafíos. Se requiere debatir sobre estas cuestiones.

Creemos que el ámbito de nuestras universidades y unidades académicas puede aportar a este proceso, respaldados en una visión integradora interdisciplinaria, comprometida y en Ciencia.

7.2. Desde la mirada local

Desde la Provincia argentina de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur se destaca la importancia de su ciudad Ushuaia y su puerto, que es la principal puerta de entrada a la Antártida, donde muchos buques científicos y turísticos recalan. Es la ciudad más próxima de todos los continentes a la Antártida. La provincia integra además un sector de la Antártida. Allí, además de las bases científicas, refugios y otras instalaciones, la Argentina es el único país que cuenta con una escuela, la Escuela Provincial N° 38 Presidente Alfonsín, en la Base Esperanza. Mediante videoconferencias, estudiantes y profesores de la escuela cuentan de primera mano cómo es vivir en la Antártida y llevar adelante el ciclo lectivo allí. Desde ese lugar se estudia, investiga y valora el patrimonio que representa la Antártida para Tierra del Fuego. Desde la creación de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego se han incrementado los estudios sobre las zonas polares de manera local, algunos de ellos en conjunto con Chile y otros países como Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Italia y Francia.

La Antártida está ligada también a la mirada marina que debemos impulsar como Nación: integrar los territorios más aislados, comunicarlos de manera más fluida, en un mundo complejo y con tensiones por el agua y la comida, o sea, con el sistema alimentario mundial en crisis. Sabemos de la importancia de la Antártida para el resto del mundo y para el Planeta. Con un proyecto del "polo logístico antártico", sobre el que se interesan los países signatarios del Tratado y que aseguraría las comunicaciones entre Ushuaia y la Antártida. Hay razones para pensar en una mayor cooperación entre los países como la realización de expediciones conjuntas por el Canal Beagle y la zona austral del continente americano, y de áreas subantárticas.

Sin dudas que debemos fortalecer una mirada latinoamericana sobre la Antártida en el marco de una mirada global. Ello, con la articulación de los distintos programas antárticos de los países de la región, seguramente se pueda lograr. También se señala que la Argentina es el único país con presencia ininterrumpida desde 1904 en la Antártida. En el marco que posibilitó la firma del Tratado en 1959, la Argentina estaba allí con sus diplomáticos trabajando para conseguir un marco jurídico internacional que preservara nuestros derechos históricos sobre la Antártida y que, a la vez, promoviera herramientas de cooperación internacional y preservara el continente para la ciencia, la investigación y la paz.

7.3. Desde una mirada global

Con motivo de debates y diálogos promovidos por la Fundación Konrad Adenauer, la Fundación Embajada Abierta y la Fundación Pro Antártida, entre otras prestigiosas instituciones que analizan "el futuro de la Antártida", puede advertirse una acción valiosa y sostenida en analizar la cuestión antártica desde distintas visiones, tal como lo hemos adelantado más arriba. Registramos en este caso la opinión de destacados expertos de distintas nacionalidades, de Europa, Asia y América y por supuesto, de nuestro país. Existen innumerables aportes en tal sentido, que intentamos aquí resumir.

Expertos asiáticos opinan que habrá que mirar el futuro atento a que todo cambia y acechan grandes flagelos y acontecimientos que pueden afectar la salud del planeta. Pandemias nuevas y crisis climáticas nos interpelan para trabajar por el bienestar de los seres humanos en el contexto de la búsqueda de la paz. Más allá de convertirse en una zona libre de conflictos militares, hoy existen otros peligros, incluso de guerras de distintas característica y proyección a las conocidas. Se habla de la "guerra del agua", por ejemplo.

El Sistema del Tratado Antártico, cuyo núcleo es el Tratado Antártico, regula eficazmente las actividades humanas en la Antártida y garantiza que estas se lleven a cabo de manera ordenada. El mecanismo de gobernanza de la Antártida ha ido mejorando para responder eficazmente a los desafíos que se plantean tanto desde el interior como desde el exterior del mecanismo.

El espíritu del Tratado Antártico es la aspiración a fomentar la ciencia. Junto con el medioambiente y el sistema ecológico únicos de la Antártida, posee el valor esencial de la investigación científica, la protección medioambiental, la estética, la historia y la cultura, tal como se ha dicho con acierto.

El Tratado Antártico alienta el espíritu de cooperación. El Tratado Antártico fomenta la cooperación internacional en materia de investigación científica y protección del medioambiente, alienta las observaciones del personal y el intercambio de los resultados de la información científica y fomenta la cooperación con otros organismos especializados y organizaciones internacionales. Estamos aquí con un modelo exitoso de gobernanza en la cooperación internacional. Tenemos nuevos desafíos, bien se ha dicho.

El cambio climático está transformando profundamente el entorno natural de la Antártida. A su vez, los cambios en la Antártida también tienen un profundo impacto en el mundo. El calentamiento global, la contaminación del medioambiente marino, las emisiones de sustancias que agotan la capa de ozono), etc., tienen un impacto cada vez mayor en la Antártida.

El acelerado derretimiento de la capa de hielo, la reducción del hielo marino, el colapso de la plataforma de hielo y el agujero de la capa de ozono son cambios constatados.

Estos cambios en la Antártida afectan en gran medida el ciclo global del agua, el aumento del nivel del mar, la circulación oceánica, la cadena biológica y el desarrollo social.

La Antártida se ve afectada por el cambio climático y es una de las claves para abordarlo. Hay que trabajar mucho en adelante.

Alarma en buena medida el aumento de la actividad humana en la Antártida. Con el aumento de la capacidad y el incremento de las necesidades, la actividad humana en la Antártida se está convirtiendo en más extensa y diversa, y el valor económico y social de esta región está recibiendo cada vez más atención.

Nuevas actividades como el turismo antártico y la prospección biológica están en alza, lo que hace que la gobernanza de la Antártida esté sometida a nuevas presiones.

En contraste, el conocimiento humano de la Antártida es todavía muy limitado, y muchos misterios quedan por explorar. El entorno geográfico único hace de la Antártida un lugar sagrado para la investigación científica. Es un "laboratorio natural" para explorar la evolución de la tierra y los misterios del universo.

Debido a sus recursos biológicos, los lagos subglaciales de la Antártida son de gran valor para las ciencias de la vida. Mientras tanto, todavía es un largo viaje cuesta arriba para darse cuenta plenamente del valor científico de la Antártida. Con ríos y lagos, el terreno en su fondo es muy complejo. Sabemos poco sobre su dinámica, la calidad del agua y las criaturas, o sobre la influencia del agua en el flujo de la capa de hielo. Para una mejor protección y utilización, se espera que se profundice aún más en el conocimiento de la Antártida. A este respecto se necesitará una inversión científica sostenida y a largo plazo por parte de todos los países.

Una Antártida verde y ordenada sirve al interés común de la humanidad.

Lo que hay que hacer:

Debemos tener en cuenta y cumplir con el principio estipulado en el Tratado Antártico de que “la Antártida seguirá utilizándose siempre para fines pacíficos”.

Debemos centrarnos en mejorar la capacidad de investigación y aprendizaje, dando prioridad al impacto del cambio climático y ambiental mundial y a otros campos emergentes y fronterizos.

Debemos trabajar juntos para abordar el cambio climático y proteger el ambiente natural de la Antártida. Con su clima y geografía únicos, el ambiente y el sistema ecológico de la Antártida son vulnerables a los impactos externos.

Debemos abordar con sinceridad la cuestión del cambio climático y nuestras contribuciones a nivel nacional. Conjuntamente, los Estados partes deberían predecir los posibles riesgos que el cambio climático plantea para los recursos naturales y el medioambiente ecológico de la Antártida, y promover allí un desarrollo futuro verde y sostenible.

Se debe fomentar la educación sobre el cambio climático y la cooperación internacional para hacerle frente en la Antártida.

Una manda o directiva insoslayable de nuestra LEGISLACIÓN por vía de la Constitución Nacional Argentina, de la ley General del Ambiente y otras novedosas normativas, provee a la educación ambiental, también sobre el cambio climático y la cooperación internacional para hacerle frente en la Antártida.

Es posible considerar ahora que nuestras nuevas leyes, en el caso de Argentina, sobre Glaciares, Clima, Formación en ambiente y clima de funcionarios y responsables de los tres poderes del Estado y la ley de Educación Ambiental integral, aprobadas recientemente, contribuyan también a este proceso.

Debemos trabajar juntos para abordar los desafíos que el cambio climático y la actividad humana plantean a la Antártida. Asimismo, es vital continuar e intensificar la investigación sobre el papel de la región en el clima global. La ciencia climática integral puede ayudar a entender el papel de la región antártica para otras partes del planeta.

Debe propenderse a la organización de las reuniones de expertos para aportar sus contribuciones a los nuevos desafíos y pasos que deben orientarse a la discusión del futuro del Tratado Antártico. Entendemos que es mucha la discusión que se va a generar en los próximos años, y el diálogo y la interacción resultan de alta utilidad para formar la masa crítica de la discusión futura.

La Argentina tiene una gran cantidad de intereses en el continente antártico y, muchas veces, esos intereses no aparecen en la agenda de los intereses estratégicos de la Republica. Debe darse visibilidad a la evolución del Tratado y poder avanzar en el reconocimiento de las varias amenazas que ya existen y otras que se insinúan.

Todos los países que son parte del Tratado Antártico son conscientes de la necesidad de la adaptación del Tratado a las amenazas presentes y futuras.

7.4. El futuro de la Antártida desde una mirada latinoamericana

Esta mirada sobre el futuro del continente blanco constituye un valioso punto de observación y estímulo para la acción de la problemática antártica. Sin perjuicio de la visión global, interesa por supuesto para nosotros la mirada latinoamericana.
Citamos como razón histórica rigurosa el enclave de la primera base científica permanente de 1904 en las Orcadas por la Argentina, que tenía como misión conocer cómo iba a influir el clima antártico en la Patagonia y en la Pampa. Luego se transformó en una estación radioeléctrica y después geomagnética. Otro hito se da en 1951, como bien lo recuerda el Dr. Mariano Memolli (12), con la fundación del Instituto Antártico Argentino, primera institución científica abocada al estudio de la actividad antártica a nivel global.

Con la carrera espacial de fondo, el gobierno de los Estados Unidos invitó, en mayo de 1958, a la Conferencia Antártica de Washington, a las 12 naciones que participaron del Año Geofísico Internacional con actividad en la Antártida. Con la Conferencia Antártica iniciada el 15 de octubre de 1959, el 1° de diciembre se concluye en Washington con la firma del Tratado Antártico.

El trabajo en Antártida ha sido y es arduo. Se logró el uso pacífico de la Antártida, se logró que no haya armas nucleares, que sea un continente destinado a la investigación científica, a la paz y a la cooperación internacional. Pero a su vez se adoptaron medidas, como la del artículo IV con respecto al congelamiento de las pretensiones soberanas de los Estados, y del artículo VII, que permite la visita e inspección de las bases de los otros Estados a efectos de generar confianza.

Destaca Memolli que las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico (RCTA) configuran un modelo de gobernanza de la actividad antártica, en donde comienza a haber instituciones que dan una imagen de “sistema” ya que todas ellas interactúan entre sí. La Reunión es el organismo que adopta las medidas y la forma de gobernanza del Tratado Antártico y consta de 29 países, con 25 países adherentes. Todos los continentes están representados por la investigación científica en la Antártida. Esto habla de la relevancia política que tiene la ciencia para el gobierno de un continente.

En el caso de Latinoamérica incluye la llamada Reunión de Administradores de Programas Antárticos Latinoamericanos, conformada por miembros plenos (Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay) y miembros adherentes (Colombia y Venezuela); y miembros que participaron en al menos dos reuniones (Cuba y Guatemala). El desafío científico para la Argentina y para todos aquellos países que quieren ser protagonistas en el STA es muy alto.

Sin actividad científica vamos a tener problemas para el futuro de la proyección de los intereses argentinos en la Antártida. Por eso es fundamental contar con una política de Estado en la materia, aunque con eso no alcanza, según afirma acertadamente el Presidente de la Fundación Pro Antártida.

El Scar

El SCAR (Scientific Committee on Antarctic Research) convocó a científicos y responsables políticos de todo el mundo para ponerse de acuerdo sobre las prioridades de la investigación en la Antártida para las próximas dos décadas. Logró una visión internacional y alcanzó seis prioridades científicas: 1. Definir el alcance global de la atmósfera antártica y océanos australes. 2. Comprender cómo, dónde y por qué las capas de hielo pierden masa. 3. Rever la historia de la Antártida. 4. Aprender cómo la vida antártica evolucionó y sobrevivió. 5. Observar el espacio y el universo. 6. Reconocer y mitigar el impacto humano.

Estas prioridades a su vez se enfrentan a siete desafíos principales, que son:

La necesidad de más tecnología, mayores requerimientos logísticos, mejorar la infraestructura, aumentar la cooperación internacional, mayor cantidad de recursos humanos, más energía y un financiamiento sostenido en el tiempo.

Desafíos futuros

Otros desafíos futuros son las presiones externas y los cambios en las configuraciones geopolíticas, el mantenimiento de la Antártida para usos pacíficos y científicos, y qué sucederá con la bioprospección.

El calentamiento global es algo que existe y en la Antártida es en donde se ven con mayor profundidad los cambios producidos por el mismo.

Frente a estos desafíos, la Argentina había lanzado el proyecto "Pampa Azul", el cual debía relanzarse porque se necesita mayor investigación en el área de la Zona Económica Exclusiva. Esta iniciativa se propone promover la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación que permitan preservar y gestionar efectivamente los bienes marinos, contribuyendo así a fortalecer la soberanía nacional sobre el mar.

Para finalizar, tenemos desafíos con un final abierto. "Vemos en la cooperación internacional y en la ciencia una forma de seguir yendo hacia adelante" (Memolli). Hay que formar futuros líderes, que deben estar preparados para los nuevos desafíos. Contamos con la Universidad y otros centros de altos estudios, que deben ser convocados.

8. Reuniones consultivas del Tratado Antártico [arriba] 

8.1. La Reunión Consultiva de 2016

Las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico (RCTA) han ido resolviendo temas tales como "Confirmación del compromiso permanente con la prohibición de cualquier actividad relacionada con los recursos minerales en la Antártida, que no sea para la investigación científica; apoyo a la prohibición de la minería en la Antártida", tal como se estableció por Resolución de junio de 2016 en la Reunión de Santiago, en la categoría de Protección del medio ambiente. Recursos minerales. En el Informe final se expresa con total contundencia que los representantes reconocen que el Protocolo sobre Protección Ambiental del Tratado Antártico (“el Protocolo”), firmado hace veinticinco años, constituye un elemento esencial de los esfuerzos actuales para proteger el medio ambiente en la Antártida; toman nota de que el artículo 7 del Protocolo establece que se prohíbe toda actividad relacionada con los recursos minerales en el área del Tratado Antártico, que no sea la investigación científica; tienen en cuenta que fuera del sistema del Tratado Antártico, hay muchos en el público en general y los medios de comunicación que creen erróneamente que el Protocolo expirará en 2048; y recuerdan que, de conformidad con su artículo 25, el Protocolo no expirará en 2048; también recuerdan que las Partes Consultivas reafirmaron su compromiso con el artículo 7 del Protocolo en el párrafo 5 de la Declaración Ministerial de Washington con motivo del cincuentenario del Tratado Antártico (13).

Se decide recomendar a sus gobiernos: 1. Reconocer que la prohibición de actividades relacionadas con recursos minerales distintos de la investigación científica, en virtud del Artículo 7 del Protocolo, ha sido beneficiosa para el medio ambiente en la Antártida y para los ecosistemas dependientes y asociados; 2. reafirmar su compromiso con el artículo 7 del Protocolo; y 3. declarar su firme intención de retener y continuar aplicando esta disposición como un objeto de la más alta prioridad a fin de asegurar la protección total del medio ambiente en la Antártida y de los ecosistemas dependientes y asociados. También se trató el tema del Manual de especies exóticas.

8.2. Otras Reuniones

Volviendo unos años atrás, en 2011 tuvo lugar en Buenos Aires la XXXIV Reunión Consultiva del Tratado Antártico (RCTA) y la 14° Reunión del Comité para la Protección del Medio Ambiente entre los días 20 junio al 1° de julio de ese año. El tema central: la biodiversidad. En estas reuniones se toman medidas, decisiones, y resoluciones aprobadas por consenso, que ponen en práctica los principios del Tratado Antártico y el Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente y proporcionan reglas y directrices para la gestión del Área del Tratado Antártico y el trabajo de la RCTA.

Esta reunión consultiva fue organizada por la Argentina en coincidencia con la conmemoración del 50° aniversario de la entrada en vigor del Tratado Antártico. Se esperaba que las Partes afianzaran el compromiso, identificando nuevas metas y objetivos, así como también discutir una renovada agenda de cooperación y protección de la Antártida en el futuro próximo. La Fundación FARN, prestigiosa entidad ambientalista argentina, estuvo presente a través de la "Coalición Antártida y Océano Austral", Asociación civil, fundada en 1978, organización no gubernamental que trabaja full time para preservar el continente antártico y el océano austral que lo rodea. Aunque la Antártida y el océano austral son lejanos, la ASOC sostiene que el continente y océano circundante son patrimonio natural de toda la humanidad y que los ecosistemas antárticos -tanto terrestres como marinos- deben permanecer intactos y ser protegidos.

Por su parte, en la Reunión Consultiva de 2013 (Bruselas) se trató la Prospección biológica en la Antártida; en 2014 (Brasilia) el Almacenamiento y manipulación de combustible; en 2015 (Sofia), Áreas importantes para las aves en la Antártida, al igual que el Portal de Medio Ambiente Antártico; 2016 (Santiago): se cumplían 25 años del Protocolo de Madrid sobre protección de la Antártida. El lunes 30 de mayo, y en el marco de la XXXIX Reunión Consultiva del Tratado Antártico que se llevaba a cabo en Santiago, el Subsecretario de Relaciones Exteriores, inauguró el Simposium dedicado a conmemorar los 25 años del Protocolo sobre Protección Medio Ambiental. El funcionario destacaba su importancia, señalando que la celebración de ese momento histórico permitía renovar “nuestro compromiso con el camino que iniciamos hace exactamente un cuarto de siglo”. Tal como lo señalaba, “el tiempo ha demostrado que la firma de este documento fue una decisión correcta, en el momento preciso”.

El valor del Protocolo radica en el compromiso de los países signatarios en consagrar el territorio antártico como un espacio dedicado exclusivamente a la investigación científica y la colaboración entre las naciones, lo que ha permitido avances de suma importancia para la humanidad, especialmente respecto de la comprensión de los procesos del cambio climático y sus consiguientes impactos en todo el sistema terrestre. Asimismo, se destacaba la necesidad de reiterar el compromiso con la prohibición de las actividades relacionadas con la extracción de minerales, la necesidad de tener un turismo antártico responsable y controlado, así como en seguir avanzando en el proceso de ratificación del Anexo VI del Protocolo, que establece la responsabilidad emanada de emergencias ambientales en la Antártica. De esta forma, se llamaba a “profundizar aspectos relacionados con los desafíos actuales y futuros que deberemos enfrentar, a la luz de los cambios que experimenta el medioambiente antártico”.

La ceremonia de la reunión de Chile concluyó con la aprobación de la "Declaración de Santiago" en ocasión del 25º Aniversario de la firma del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente. Este documento tiene como fin reafirmar el compromiso colectivo de los países firmantes con la preservación indefinida del medioambiente antártico. Al respecto, Intensas reuniones fueron destinadas para efectuar un balance del funcionamiento del Protocolo y abordar los desafíos asociados al cuidado del delicado ecosistema antártico.

El Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente fue firmado en Madrid, España, el 4 de octubre de 1991, y entró en vigor en 1998, una vez ratificado por las Partes Consultivas del Tratado Antártico. Por el valor y gracias al Protocolo se han dado avances de suma importancia para la humanidad, especialmente respecto de la comprensión de los procesos del cambio climático y sus consiguientes impactos en todo el sistema terrestre.

Pekin, Buenos Aires, Praga

Hemos seguido con mucha atención desde las universidades y Colegios de Abogados el desarrollo de estas reuniones.

También Pekin en 2017 con la Revisión de las Regiones Biogeográficas de Conservación de la Antártida, entre otros temas, incluida la Expedición Verde a la Antártida. Nuevamente en 2018 (Buenos Aires) sobre turismo antártico; bioprospección y recursos genéticos; impacto ambiental de las actividades que realizan las Partes en la Antártida; las inspecciones realizadas a las bases; la propuesta de Venezuela para constituirse en Parte Consultiva del Tratado, etc.; en 2019 (Praga) (14) se abordaron cuestiones relativas a cómo reducir la contaminación en la Antártida y otras relacionadas a la protección del medio ambiente y la contaminación marina con la reducción de plásticos en la Antártida. Los FIDAC (Fondos internacionales de indemnización de daños debidos a la contaminación por hidrocarburos) fueron invitados a participar en esta RCTA. La Secretaría presentó un documento informativo en el que se facilitaba una visión general de la política de los FIDAC sobre reclamaciones de daños por contaminación y restauración del medio ambiente. Compartieron los conocimientos especializados de los Fondos internacionales en materia de indemnización de daños debidos a contaminación por hidrocarburos con el fin de facilitar una comparación entre el sistema de los FIDAC y un mecanismo de indemnización previsto en el anexo VI del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente. Los FIDAC facilitan la indemnización económica en relación a los daños ocasionados por la contaminación por hidrocarburos que se producen en sus Estados Miembros, resultantes de los derrames de hidrocarburos persistentes procedentes de petroleros.

8.3. Otros temas

El continente blanco enfrenta complejos riesgos ambientales, y su biodiversidad está amenazada por el cambio climático, las invasiones biológicas, la contaminación y el incremento de la actividad humana. La conservación en Antártida plantea como desafío científico la generación de conocimiento del estado actual de sus ecosistemas y las especies que los habitan.

9. Fenómenos de graves e inminentes amenazas al ambiente antártico [arriba] 

Ha quedado dicho que el calentamiento global indudable y lastimosamente golpea de manera casi irremediable a la Antártida. La Antártida es la que más sufre este fenómeno. El aumento de la temperatura de la Tierra, las sequías, el deterioro y pérdida de la biodiversidad, las invasiones biológicas, la contaminación y el incremento de la actividad humana implican serios y complejos riesgos ambientales y realidades palpables de daño ambiental que plantean el reto científico de la generación de conocimiento del estado actual de sus ecosistemas, de las especies que lo habitan, su funcionamiento, conservación, protección integral y el desafío político del compromiso y la acción mancomunada de las naciones de la Tierra para conservar el Continente Blanco como "reserva natural dedicada a la paz y la ciencia".

Recordemos precisamente, entre otras preocupaciones que nos afectan, el deterioro y la restauración de los ecosistemas, de lo que están encarando -según anuncios- las Naciones Unidas para el decenio 2021-2030 con la restauración de 350 millones de hectáreas de ecosistemas terrestres y acuáticos degradados, como uno de los desafíos para sanar nuestro planeta (15).

En este trabajo intentamos aproximarnos a uno de los temas específicos que nos relaciona a tales desafíos, el impacto del cambio climático sobre el planeta y en particular sobre la Antártida para luego abordar las consecuencias que lo vinculan sobre uno de los bienes naturales básicos para la vida, el AGUA: la disponibilidad del agua antártica frente a las crecientes demandas de la población mundial.

9.1. Antártida y el cambio climático

Quedan expresadas las razones de la preocupación mundial que genera el cambio climático en el caso de la Antártida con las transformaciones profundas de su entorno natural y también cómo estos cambios tienen un gran impacto en el mundo.

Sabemos que cientos de científicos reunidos en el "Comité Científico Internacional para la Investigación en la Antártida" se hallan abocados a dicha tarea compartiendo conocimientos y experiencias para salvar al continente blanco de las graves amenazas que lo acechan y también para contribuir al conocimiento del fenómeno y de sus consecuencias a nivel planetario.

El calentamiento global impacta fuertemente en la Antártida. El nivel de dióxido de carbono está aumentado de forma muy importante año tras año y genera aumento de la temperatura en el planeta. La Antártida es la zona que tiene más repercusiones negativas de ello.

La temperatura promedio de la superficie del planeta había subido aproximadamente 1.1 grados Celsius desde finales del siglo XIX. Este cambio es principalmente consecuencia del aumento de dióxido de carbono y otras emisiones a la atmósfera hechas por los humanos.

Los datos disponibles antes de la pandemia actual señalan que la mayor parte del calentamiento global ocurrió en los últimos 35 años, con 16 de los 17 años más cálidos registrados desde 2001. No solo fue 2016 el año más cálido registrado. De los 12 meses que componen el año – de enero a septiembre, a excepción de junio – fueron los más cálidos en el registro de los respectivos meses.

Las nuevas mediciones dan cuenta que 2020 fue el segundo año más cálido desde que existen registros. La temperatura media de ese año solo es 0,02 grados más baja que la de 2016, la más alta registrada hasta la fecha. El 2020 se saldó con incendios masivos, como el de Australia, un aumento de las temperaturas en el océano y un mayor número de ciclones.

A pesar de los efectos que las medidas de confinamiento tuvieron sobre la reducción del promedio de emisiones de gases de efecto invernadero, 2020 quedará marcado en las primeras posiciones de los años más calurosos de la historia, según las mediciones realizadas por la NASA y la NOAA (Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos). Los datos recabados por los observatorios convirtieron a ese año en el segundo del ranking, ligeramente empatado con 2016.

La OMS, basándose en los registros del Servicio Meteorológico Nacional de Argentina, confirmó en julio de 2021 que el 6 de febrero de 2020 el extremo norte de la península Antártica batió su récord de calor al alcanzar los 18,3 ° C, superando los 17,5 ° C alcanzados el 24 de marzo de 2015. El registro recién fue validado en 2021, como queda dicho y fue atribuido al impacto del cambio climático en la región (16).

Impacto del calentamiento global en el hielo de la Antártida

Las "plataformas de hielo" son las extensiones flotantes de agua congelada y que se encuentran conectadas a la tierra. Una de las plataformas de hielo más grandes, la Ronne-Filchner llega a cubrir un área casi del mismo tamaño que España. Esta plataforma también conocida como Estante de hielo Ronne-Filchner, es un plataforma de hielo antártica bordeando el Mar de Weddell. Como consecuencia del aumento de las temperaturas, durante el verano se produce una reducción muy significativa en su hielo, lo que produce que se debilite y retroceda (17).

Plataformas en peligro: el clima en la Antártida ha aumentado 3ºC, lo que significa que todas aquellas plataformas que un día fueron estables, ahora corren peligro. Según estimaciones disponibles, desde la década de 1950, esto es una pérdida de 25.000 km2 de plataforma de hielo.

Impacto en el nivel del mar

Aunque la Antártida está a miles de kilómetros de la mayoría de nuestros lugares de residencia, el impacto del cambio climático no solo se dejará ver en las costas de este continente helado. Hay un gran consenso y temor de que el agua que actualmente está almacenada en el hielo se pueda derretir y, como consecuencia, aumentar significativamente le nivel del mar.

Según los análisis realizados con satélites desde principios de la década de los 90, se sabe que el nivel del mar está aumentando a un ritmo de alrededor de 3mm por año. Si no se pone freno, el aumento del nivel del mar podría afectar a millones de personas en 2100, que se verían obligadas a abandonar sus lugares de residencia, que serían afectados, invadidos por el mar. Ya hay migrantes climáticos y sin Estatuto en Naciones Unidas.

Sin embargo, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) no podría confirmar con seguridad en la actualidad qué contribución tendrá el derretimiento de las capas de hielo sobre el nivel del mar durante los próximos siglos.

Existe la posibilidad de que el aumento del nivel del mar sea mayor de lo que sugieren las estimaciones de la CIPF (Convención Internacional de Protección Fitosanitaria).

9.2. El agua, bien escaso y la demanda mundial

Otro de los temas específicos, relacionados con los desafíos del cambio climático y su impacto sobre la Antártida, lo constituye "el requerimiento del agua antártica en el contexto de su escasez mundial", siendo uno de los bienes naturales básicos para la vida, regido y protegido por el derecho, por códigos, leyes, convenciones, tratados, declaraciones, instituciones, compromisos políticos y jurídicos y principios rectores de diverso carácter y alcance, pero tan vulnerable, agotado, escaso e irracionalmente utilizado en nuestro planeta, pero con una creciente y alarmante demanda mundial por el líquido elemento.
Más allá de las cuestiones puntuales esbozadas y de las grandes amenazas directas del cambio climático sobre la Antártida, el aumento de la temperatura del planeta podría ocasionar que muchas zonas pudieran volverse inhóspitas, imposibles para la vida. Los datos sobre cambio climático predicen hechos como que las sequías aumentarían y se volverían más duraderas e intensas. La cantidad de territorio desértico podría aumentar.
Olas de calor
Por el lado de la olas de calor, muchas zonas del Sudeste Asiático, por ejemplo, serán testigos de las mismas, tan intensas que serían mortales para el ser humano; y se habla de un "Punto de NO retorno", si no se modifican políticas, acciones y estilos de vida. Como consecuencia, millones de personas se verían obligadas a desplazarse de estos lugares inhóspitos.

La falta de lluvias y la sequía en grandes extensiones planetarias, con un amplio alcance geográfico, causa ya daños en cadena. Esa falta de lluvias con la consecuente sequía, que directa o indirectamente, va a afectar a buena parte de la población mundial, que requiere del agua, y está contribuyendo a la inseguridad alimentaria, la pobreza y la desigualdad. Así lo advierten desde la Oficina para la Reducción del Riesgo de Desastres de ONU.

Cuando la humanidad se encuentra todavía atravesando el azote mundial del coronavirus, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que es posible que se aproxime otro problema a nivel global que podría “convertirse en la próxima pandemia”. Y, para peor, insiste en se trata de un fenómeno para el cual no existe ninguna vacuna (18).

Nuestro sistema antártico no puede estar exento del impacto y las consecuencias de estas complejas y acuciantes amenazas. 

El Informe de la ONU del 17 de junio de 2021 sobre la sequía, señala que la falta de lluvias provocó ya pérdidas económicas por al menos 124.000 millones de dólares y afectó a más de 1500 millones de personas entre 1998 y 2017.

Pero el informe advierte que incluso estas cifras son “subestimaciones brutas”, porque no recogen el impacto indirecto que la sequía ocasiona en los países en desarrollo.

“El cambio climático está aumentando las temperaturas y alterando los patrones de lluvia, aumentando la frecuencia, gravedad y duración de las sequías en muchas regiones del mundo”, afirman los reportes.

Específicamente, el calentamiento global intensificó las sequías en el sur de Europa y África occidental y el número de víctimas de este fenómeno “crecerá dramáticamente” a menos que el mundo actúe rápidamente para paliar estas situaciones, expresa el citado informe.

Sequías más frecuentes y más graves. Impacto de la escasez del agua en las poblaciones

El aumento de la temperatura global por emisiones de carbono provocará que cerca de 130 países enfrenten un mayor riesgo de sequía en los próximos años de este siglo y que otros 23 países padezcan la falta de agua debido al crecimiento de su población. En tanto, serán 38 los países que vivirán los dos fenómenos -calentamiento y aumento de la población- que impactarán en la problemática de la escasez del líquido vital en sus poblaciones.

Al igual que un virus, la sequía tiende a durar mucho tiempo, tiene un amplio alcance geográfico y causa daños en cadena. Aparte de las consecuencias directas, que son impensables, puede afectar indirectamente a países que en realidad no están experimentando la sequía, a través de la inseguridad alimentaria y el aumento de los precios de los alimentos.

De aquí que nos expliquemos las cuestiones que se han dado en llamar "las crisis del agua", de los que se ocupan los ODS de la Agenda 2030 y la preocupación que supone la idea de "ir por el agua de la Antártida".

Por supuesto, la Antártida sufriría las consecuencias más inmediatas de estos fenómenos climáticos, al reducirse las capas de hielo, el retiro glacial y también la disminución de la capa de nieve.

Recordemos que el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de la Agenda refiere al "Agua limpia y saneamiento" y define "Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todas las personas". El agua es un recurso imprescindible en el mantenimiento de los ecosistemas, pero sobre todo es un derecho esencial para la vida y la dignidad de los seres humanos.

Para peor, los especialistas de la ONU prevén sequías más frecuentes y más graves en la mayor parte de África, América Central y del Sur, Asia Central, Australia meridional, Europa, México y Estados Unidos.

Además de ello, el Secretario de la Convención de la ONU para combatir la Desertificación, señaló recientemente que el deterioro del suelo, causado en buena parte por una mala gestión de la tierra, había llevado al mundo a un “punto sin retorno”.

La ONU todavía no investigó el efecto que la desertificación podría tener en la migración interna dentro de los continentes, pero se dijo que ya no era impensable, incluso en Europa (19).

Para explicar cómo el fenómeno de la sequia puede afectar a los países y continentes que no la sufran directamente, un informe de la revista "Nature Communications", que se publicó en junio de 2020, señala que más del 40 % de las importaciones agrícolas de la Unión Europea, podrían volverse "altamente vulnerables" a los problemas de la sequía a mediados de este siglo a causa del cambio climático.

10. Nueva legislación y fortalecimiento institucional [arriba] 

Como queda expuesto, la problemática del cambio climático es central en el contenido del derecho ambiental de nuestro tiempo que, por supuesto, incluye también otros contenidos y desarrollos esenciales relacionados a la materia.

La integración del derecho del cambio climático y del desarrollo sostenible a los objetivos, principios, instrumentos de la política y la gestión ambiental y a las instituciones definidas en la Constitución Nacional, en la Ley General del Ambiente y en la legislación surgida como consecuencia del nuevo paradigma ambiental, ha enriquecido al derecho ambiental actual. En tal sentido, la Argentina -siguiendo incluso la línea de sus compromisos en los acuerdos y convenciones internacionales- aprobó recientemente una serie de leyes ambientales y climáticas, involucrando en la gestión a los diversos estamentos del Estado, formando funcionarios y promoviendo la educación ambiental integral.

La aprobación legislativa y la vigencia del Acuerdo de Escazú, sobre los derechos del triple acceso, la ley de formación integral en Ambiente, la ley de Cambio Climático y la Ley de Educación Ambiental Integral, sancionadas últimamente, son clara muestra del fortalecimiento institucional pretendido para el mandato republicano de asumir nuestra responsabilidad ambiental y climática para ejercer plenamente nuestros derechos al desarrollo humano y nuestras obligaciones de preservación del ambiente, en beneficio de la humanidad, de las actuales y por sobre todo, de las futuras generaciones.

11. La demanda mundial del agua y el riesgo para la Antártida [arriba] 

11.1. Consumo mundial del agua. Las tensiones en la disponibilidad de agua

La demanda mundial del agua se ha estimado en alrededor de 4.600 km3 al año y se prevé que aumente un 20-30 por ciento. Es decir, para el año 2050 estaremos consumiendo 5.500-6.000 km3 al año. Son datos del Informe Mundial de Naciones Unidas sobre desarrollo de Recursos Hídricos. Y aún puede crecer esa demanda si tenemos en cuenta las proyecciones de datos y cifras en relación a factores climáticos y de intervención humana expuestos hasta aquí (20).

El 97 % del agua se encuentra en los océanos y el 2 % permanece congelada. El 80 % del agua que se encentra en los continentes está en la superficie. El 20 % restante se encuentra bajo tierra o en forma de vapor de agua atmosférica. Solo el 2,5 % del agua que existe en la Tierra es agua dulce. De esa cantidad, el 0,5% se encuentra en depósitos subterráneos y el 0,01 % en ríos y lagos. Se calcula que la Antártida contiene el 70% del agua dulce del planeta; dicho de otra forma, el 90% de todo el hielo.

Se prevé que en el futuro próximo, en 2025, cerca de dos mil millones de personas vivirán en países o en regiones donde la escasez de agua será absoluta y los recursos hídricos por persona estarán por debajo de los 500 metros cúbicos anuales recomendados. Esta es la cantidad de agua que necesitaría una persona para levar una vida sana e higiénica mínima. Cada año son 3 millones y medio de personas las que mueren debido a enfermedades relacionadas con la calidad del agua. El 98 por ciento de esas muertes se producen en los países en vías de desarrollo. En la actualidad casi 800 millones de personas no tienen acceso al agua potable, según indica el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

El escenario de referencia de perspectivas ambientales mundiales de la OCDE para 2012 ya preveía que aumentarían las tensiones en la disponibilidad de agua hacia el año 2050. Se espera que un muy alto porcentaje de la población mundial viva en zonas con estrés hídrico severo, especialmente en el norte y sur de África y en el sur y centro de Asia. En 2017 se estimaba que la demanda mundial de agua -captación de agua dulce- aumentara un 55% debido a la creciente demanda de las industrias, la generación de electricidad térmica y el uso doméstico. En la actualidad el panorama se ha agravado y creado más tensiones.

11.2. La explotación del agua antártica

Ante las diversas perspectivas que se insinúan, no resulta extraño el planteo generado sobre la posibilidad de recurrir al agua antártica para atender la demanda mundial creciente. Cabe preguntarnos acerca de las necesidades mundiales de agua y la Antártida como reserva natural: ¿puede explotarse el agua antártica? ¿será posible?

Como es natural, este tema ha motivado diversos análisis y especulaciones, frente a las pretensiones de extraer el agua antártica para satisfacer esa demanda (21).

La cuestión refiere al fenómeno mundial de la escasez y/o carencia de agua potable.

La escasez de agua es un imperativo que puede alterar el orden mundial. Puede generar conflictos internos e internacionales, así como inestabilidad en los gobiernos. La falta de agua genera un serio ánimo por conquistarla para quienes no tienen el recurso y para quienes lo tienen, el esfuerzo por no compartirlo, con lo cual los conflictos serán inevitables y con consecuencias funestas. Es un diagnóstico (22).

En ese escenario, la Antártida, una de las mayores reservas de agua, puede jugar un rol muy importante, especialmente por la firme tendencia de creación de instrumentos internacionales e interpretaciones de los mismos para que los Estados garanticen el derecho al agua potable.

La pregunta formulada es si jurídicamente sería posible explotar agua antártica, pese a las prohibiciones contenidas en el Protocolo de Madrid.

Ante las diferentes crisis por "la falta de agua" que se han dado en varios lugares del mundo, algunas declaraciones y postulados a través de estatutos jurídicos y normativas diversas, apuntan a garantizar el acceso al agua potable como un derecho humano vital, porque es evidente que sin ese recurso es inviable cualquier posibilidad de vida.

Existen en tal sentido concretamente numerosos instrumentos internacionales que proclaman el derecho humano al agua. Tal la Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 25, además de otros muchos pactos y convenciones. A su vez, el 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

La Resolución exhorta a los Estados y organizaciones internacionales a proporcionar ayudas en particular a los países en desarrollo, a proporcionar un suministro de agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible para todos. Y esto constituye también un ODS de la Agenda 2030.

Más arriba planteábamos la pregunta sobre si podría utilizarse el agua dulce de la Antártida para atender la necesidad de agua del planeta (23).

Esta pregunta, tan amplia, debía considerar la actual y probablemente creciente normatividad jurídica internacional que tiende a que los Estados deban procurar el acceso al agua potable a sus ciudadanos, como queda dicho.

11.3. El Protocolo de Madrid y las actividades prohibidas

A su vez, en la pregunta subyace que las fuentes acuíferas cada vez son más escasas y las necesidades por estas aumentan día a día en forma exponencial. Así las cosas, la Antártida podría constituir una posibilidad de alivio para satisfacer en alguna medida la escasez de agua, pero el Sistema del Tratado Antártico, concretamente el Protocolo de Madrid, en principio, cierra cualquier posibilidad de explotar el agua antártica, pues cualquier actividad relacionada con recursos minerales está prohibida salvo la investigación científica.

Pese a lo señalado…

Aun en pie la prohibición de actividades que involucren minerales, el Acta Final de la XI Reunión Consultiva Especial del Tratado Antártico (Buenos Aires, 1981) abre, en principio, una posibilidad para obtener agua antártica en la medida en que los miembros consultivos del Tratado Antártico y otras partes interesadas dejaron expresa constancia de un pacto por el cual la prohibición de explotación de minerales no sería aplicable a la explotación de hielo, de manera que por esta vía se podría explotar agua antártica y la respuesta al interrogante inicial, por lo menos teóricamente, sería afirmativa, es decir que sí, que se puede utilizar el agua antártica para satisfacer las necesidades mundiales siempre que la explotación sea en forma de hielo, y en ese sentido la hipótesis se confirmaría en buena medida.

Eso si … esta posibilidad teórica de explotar legalmente el hielo antártico, y con éste conseguir agua, debería realizarse de conformidad con las regulaciones del Protocolo de Madrid en materia de protección ambiental antártica (que implican, por ejemplo, el procedimiento técnico administrativo ambiental de las EIA), pero en todo caso se ve seriamente comprometida por los diversos intereses presentes en la Antártida, más allá de si es posible realizar dicha explotación desde un punto de vista financiero y tecnológico.

Habría pasiones y presiones de los diferentes Estados, con lo cual los fines pacíficos en el uso del territorio antártico se verían seriamente afectados y es probable que el Sistema del Tratado Antártico sucumbiera ante tanta presión. Un consenso no se lograría fácilmente ni aun para lograr la explotación de hielo antártico para casos extremos, como crisis humanitarias de grandes proporciones.

11.4. Encrucijada

Creemos que la situación e hipótesis descripta, explica por sí sola una posible encrucijada de difícil definición que, sin embargo, nos debería plantear otras posibilidades a los humanos, para seguir conservando a la Antártida como ese "Santuario" que es, "una reserva natural dedicada a la paz y la ciencia".

Por lo pronto, aunque jurídica, financiera y tecnológicamente fuere posible explotar el hielo antártico para obtener agua, las condiciones políticas no parecen ser las mejores para esos efectos, o por lo menos para una explotación relativamente masiva. Hay que explorar otros caminos de la política, de las ciencias, de la experiencia y de la creatividad humana. El derecho ambiental está en ese camino.

12. La educación ambiental [arriba] 

Más allá de la integridad estructural de nuestra legislación positiva ambiental, la novísima normativa argentina en materia de educación ambiental de nuestro país, aporta a la institucionalidad ambiental principios, criterios y valores que puedan ayudar a la protección ambiental antártica y planetaria, en nuestro continente blanco y a escala global, al tiempo que atribuye al ámbito universitario un rol esencial en la incorporación de la variable ambiental en la formación académica, profesional y de la investigación de quienes deberán ser oídos o bien decidirán, sobre estos desafíos que enfrenta la humanidad.

12.1. Nueva legislación argentina sobre educación ambiental integral. Sus principios y el compromiso ambiental intergeneracional. La cuestión antártica

Precisamente, la Ley de Educación Ambiental integral N° 27.621, sancionada en la Argentina en mayo de 2021, establece -entre otras importantes disposiciones- lo que denomina "Estrategia Nacional para la Sustentabilidad en las Universidades argentinas" como parte de la "Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral" y que tiene como objetivo promover la gestión en las universidades públicas y privadas de todo el territorio nacional, a los fines de que dichas instituciones tengan herramientas para decidir incorporar la dimensión ambiental en todos los ámbitos que hacen a la vida universitaria, desde lo curricular a la gestión edilicia, la extensión y la investigación, con miras a la construcción de una cultura ambiental universitaria (24).

Para la ley, la Educación Ambiental, como proceso permanente, integral y transversal, se fundamenta en una serie de principios, tales como el abordaje interpretativo y holístico; el respeto y valor de la biodiversidad; el principio de equidad y el de igualdad desde el enfoque de género; el reconocimiento de la diversidad cultural; el rescate y la preservación de las culturas de los pueblos indígenas; la participación y formación ciudadana; el cuidado del patrimonio natural y cultural; la problemática ambiental y los procesos sociohistóricos; la educación en valores; el pensamiento crítico e innovador; el ejercicio ciudadano del derecho a un ambiente sano (art. 3°).

Entre otras finalidades de la ley, quedan señalados: el objetivo de generar y gestionar mecanismos que faciliten el cumplimiento sistemático de la Agenda 2030 con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, y/o aquellos que en el futuro se acuerden. Asimismo, promover acciones comunitarias que fomenten el “Compromiso Ambiental Intergeneracional”. Todos ellos esenciales, según nuestra apreciación, para atender la cuestión antártica presente y futura.

De eso también se trata, del compromiso y la vigencia del principio de la "equidad intergeneracional", que está en la ley y en la cultura de nuestro "comportamiento humano".

Estamos viendo el futuro pensando en nosotros, en nuestra Casa Común que habitamos, nuestra Única Casa, en las generaciones futuras, en la sociedad que nos suceda.

 

 

Notas [arriba] 

(1) Bellorio Clabot, Dino Luis, Derecho Ambiental y del Cambio Climático Global, Ad Hoc, Buenos Aires, 2021. 
(2) Bellorio Clabot, Dino Luis, Derecho Ambiental Innovativo, Ad Hoc, Buenos Aires, 2017.
(3) Tesoro en el hielo: el 70% del agua dulce del planeta está en ... https://www.lavoz.com.a r › espacio-d e-marca › tesoro-e...15 set.2017
(4) Protocolo Ambiental | Antarctic Treaty https://www.ats.aq ›  protocol
(5) La Antártida. Continente helado - Especiales - Armada ... https://armada.defensa.gob.es › Portal › prefLang-es
(6) Reunión Consultiva del Tratado Antártico, París (del 14 al 24 ... https://www.diplo matie.go uv.fr › Portada › Fichas de países
(7) 60 Aniversario del Tratado Antártico | Ministerio de ...https://cancilleria.g ob.ar › actualidad › noticias › 60-ani...
(8) El acuerdo de Madrid sobre la Antártida prohíbe su ... - EL PAÍS https://elpais.com › Ecologismo
(9) Protección del medio ambiente https://www .cienci a.gob.es › Comite-Polar-Espanol › Pr...El Protocolo tiene 6 anexos, el anexo II prohibe la toma o intromisión perjudicial de flora y fauna autóctonas… El acuerdo de Madrid sobre la Antártida prohíbe su explotación minera durante 50 años EL PAIS TASIO CAMIÑAS MADRID - 29 ABR 1991- 16:00 CST
(10) The Scientific Committee on Antarctic Research (SCAR) https://www.s car.org › scar-o verview
(11) "A 60 años del Acuerdo de Washington: el futuro del Tratado Antártico", diciembre de 2019. Fundación Konrad-Adenauer-Stiftung, Fundación Embajada Abierta, publicación que refleja las posiciones de un grupo de expertos de diferentes países del mundo que dialogaron durante dos días en Buenos Aires sobre sus visiones, expectativas y preocupaciones en relación con el futuro del continente blanco.
(12) Presidente de la Fundación Pro Antártida. Fue jefe de la Base Científica Carlini y vicepresidente del Consejo de Administradores de Programas Nacionales Antárticos. Representante nacional en el Comité de Protección Ambiental del Tratado Antártico. Es miembro del Consejo Científico Asesor de la Iniciativa Pampa Azul y fue director nacional del Antártico de la Cancillería argentina. Publicación "A 60 años del Acuerdo de Washington: el futuro del Tratado Antártico", diciembre de 2019.
(13)  Informe Final de la Trigésima Novena Reunión Consultiva del ...https://www. ats.aq › AT CM39 › ATC M39_fr001_s
Buenos Aires. 2016. REUNIÓN CONSULTIVA. DEL TRATADO ANTÁRTICO ... Informe Final RCTA XXXIX. (5) Chile, en su carácter de país anfitrión, cumplió con los ...
(14) Praga fue sede de las reuniones anuales del Tratado Antártico
https://www.inach.cl › inach. 31 julio 2019--La XLII Reunión Consultiva del Tratado Antártico (RCTA) y la XXII Reun…
(15) Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración ... https://www.decadeonr estoration.org › ...
(16) La Antártida registra una temperatura récord de 18,3ºC ... https://news.un.or g › story › 2020/02
(17) Barrera de hielo Filchner-Ronne — Google Arts & Culture https://artsandculture.google.com › entity
(18) La ONU alertó sobre una nueva “pandemia” para ... - La Nación https://www.lanacio n.com.ar › So ciedad 20 de junio 2021
También, ONU: la sequía y la desertificación podrían ser la “próxima pandemia.. ...https://www.fran ce24.com › ... ›  Medio Ambiente. 19 de jun. 2021
(19) Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la ...https://aplicaciones. sre.gob.mx › ARCHIVOS › L... las Naciones Unidas sobre la desertificación y la sequía, así como las ... política, que provocan migraciones internas, regionales e internacionales;.
(20) El Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los ...http://www.unesco .org › new › water › wwap › wwdr
(21) Conf, Fernando Villamizar Lamus, Director la Escuela de Derecho en la Universidad Bernardo O'Higgins de Chile.
(22) ¿La Antártica podría convertirse en una fuente de agua dulce para la humanidad?
El continente Antártico concentra un gran porcentaje de agua dulce, en estos tiempos una mina de oro … Pero ¿qué posibilidades hay de…. El Definido Chile. Por María Victoria Coutts … | 2018-07-27 | 
(23) ¿Puede explotarse el agua antártica? - SciELO ... http://www.scielo .org.co › pdf › ries
F Villamizar Lamus · 2016 — a quien seguimos en este punto. RESUMEN. La carencia de agua potable es ... ser la llave para la explotación de agua antártica, en forma de hielo, pero que los.
(24) Bellorio Clabot, Dino Luis, Derecho Ambiental y del Cambio Climático Global, Ed. Ad Hoc, Buenos Aires, 2021.